Un día como hoy, hace 96 años, se estrenó "El Tesoro de Atahualpa", primera película ecuatoriana argumental, por ello, desde el 2006, el Ministerio de Educación declaró esta fecha como el Día del Cine Ecuatoriano.

Fue un 7 de agosto de 1924 cuando el cineasta Augusto San Miguel exhibió su primera película en los teatros Edén y Colón, en Guayaquil.

Para llevar a cabo la producción, San Miguel fundó la empresa Ecuador Filme con el dinero que había heredado de su familia. Posteriormente, el sacerdote italiano Carlos Crespi Croci produjo el documental "Los invencibles shuaras del Alto Amazonas", convirtiéndose así junto a Augusto San Miguel en los pioneros del cine ecuatoriano.

Desde entonces han pasado más de nueve décadas y el país ha visto la evolución del cine a través de películas como "La Tigra"; "Entre Marx y una mujer desnuda"; "Ratas, ratones y rateros"; "Qué tan lejos", "Prometeo deportado", "En el nombre de la hija", "Sin muertos no hay carnaval" o "La Mala noche".

Con el estreno del filme "Ratas, ratones y rateros", del cineasta Sebastián Cordero, podría decirse que hubo un punto de inflexión en el cine ecuatoriano, por los logros que alcanzó como Mejor Edición en el Festival del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana y la nominación al Goya como Mejor Película Extranjera en España, lo que supuso un estímulo para los productores que vinieron detrás y para un público que empezó a valorar el cine ecuatoriano.

La creación en 2006 del Consejo Nacional del Cine (que surge con la Ley de Fomento del Cine Nacional) y de instituciones dedicadas a la formación de nuevos profesionales en esta rama, ha sido otro de los puntales del fortalecimiento del cine ecuatoriano.

Hoy, apagado por los estragos de la pandemia, no hay luces, cámara, ni acción, pero el cine ecuatoriano se reinventa y llega a los hogares a través de distintas plataformas. (I)