Es el vicepresidente de la sorbona de parís
Dubois dio clases de poscinema en Guayaquil
Cuando en 1983 Phillipe Dubois (Bélgica, 1952) publicó ‘El acto fotográfico’, su teoría se volvió fundamental para la reflexión.
El viernes 13 de febrero este artista belga y actual vicepresidente de la Universidad Paris III Sorbonne Nouvelle, estuvo en Guayaquil para dar una charla magistral sobre ‘El post-cinema’.
Dubois manifestó que estaba particularmente interesado por el proyecto de la Universidad de las Artes y reafirmó que cada vez que se crea una escuela de arte es fundamental cuestionarse sobre lo que es actualmente el cine, en un momento que considera ‘histórico’.
Su charla magistral partió de la concepción originaria del cine, a la que está sujeta el dispositivo -conformado por la sala, el proyector, la cinta, la pantalla-.
En la actualidad las formas de ver cine se reducen a soportes móviles. Para Dubois estas nuevas plataformas nos distancian de la verdadera experiencia del cine, a la que teóricos psicoanalistas la comparan con un nido en el que el espectador se protege de la realidad, del exterior, como si estuviera en el vientre materno.
Entonces, el autor se cuestiona si podemos hablar aún de cine a partir de las formas en las que se concibe, y lo que para algunos es su fin y para otros, una expansión. ¿Si es así, cuál es su fuerza?
Dubois expuso dos formas particulares sobre lo que es el poscinema. Por un lado están los cineastas que juegan con su trabajo, desde instalaciones de arte -a lo que llama migración de cine-.
De esto se expanden los ejemplos desde la década de los 50 del siglo pasado, uno de ellos es la reinterpretación que el mismo Jean Luc Godard hace de su obra.
Por otro, están los artistas contemporáneos que juegan con la imagen -a lo que llama cine de exposición-.
Para Dubois, ambos se constituyen en eventos sobre la imagen, no en una propuesta narrativa cinematográfica. Las instalaciones de cine se convierten en un elemento plástico, a partir de propuestas en las que se altera el valor clásico de la proyección y la exposición en el cine. Entonces, deja abierta la pregunta:¿en qué se convierte el cine cuando abandona la fórmula?