Dos nociones sobre la imagen, en el Nahim Isaías
El Museo Nahim Isaías inauguró a finales de noviembre pasado el Primer Salón de Gráfica Contemporánea. Este recibe el nombre de ‘Imagen vibratoria, bajo el paraguas de su reproducción’.
La muestra que ocupa dos salas del espacio, ubicado en el centro de la ciudad, reúne las propuestas de artistas de Argentina, Austria, Bolivia, Chile, Colombia, Corea, Egipto, España, Grecia, Inglaterra, Italia, México, Polonia, Suecia, Venezuela, Eslovaquia y Ecuador.
De acuerdo con uno de sus curadores, el cuencano Hernán Pacurucu, “la obra gráfica contemporánea parece situarse hoy en un terreno alejado de su concepción tradicional, cambiando de percepción y prioridades, lo cual destaca posibilidades poco desarrolladas hasta el momento”.
Pacurucu considera que antes existía una confrontación entre el arte y la tecnología, sin embargo, poco a poco el arte tomó la tecnología de la mano y muchas de las producciones actuales son digitales, pero a pesar de la tecnificación, la gráfica no ha perdido su vigencia.
En la muestra, algunos trabajos representan a través del lápiz el proceso de un dibujo de cómic, la simpleza de los colores o el trabajo detallado de la plumilla. En este estado de simpleza en la gráfica, el guayaquileño Chay Velasco presenta una serie de cojines trabajados en piedra, que simulan la naturalidad de la tela y sus texturas.
La visualidad que reúne esta muestra utiliza también imágenes de la cultura pop para reinterpretarlas, como hace el chileno Jorge González con la figura de Popeye; o representaciones históricas como los zapatos sucios y envejecidos de los campos de concentración que atemorizaron Europa durante la Segunda Guerra Mundial.
El artista cuencano Víctor Campozano exhibe su trabajo hasta el miércoles en el Museo Nahim Isaías. El autor juega con las texturas y formas. Foto: Jéssica Zambrano Alvarado / EL TELÉGRAFO
En la muestra también se exhiben grabados y xilografías con la marca del artista Hernán Zúñiga y sus trazos andinos. En una de las paredes, una sábana tiene el cuerpo impreso en fotografía de Gabriela Carmona bajo el título ‘Yo no tenía ganas porque él me golpeaba y él me decía que yo era una vaca’.
Según Pucurucu “el salón busca reunir investigaciones que estén dentro de este paréntesis fuera de serie, desplazando desde una formativa convencional, no solo la forma del grabado tradicional (moldeado por la academia de artes), sino también su interacción social y política, de forma adjunta a los nuevos medios de comunicación, donde las redes y los enjambres de imágenes devienen de un mismo sitio, la matriz.
En una sala más pequeña se exhibe por primera vez en Ecuador la obra del cuencano Víctor Campozano. El autor, quien reside en Italia desde pequeño, trabaja una serie de pinturas con distintas texturas en las que emplea materiales que recolecta en sus viajes. El autor combina el uso de lápiz a carboncillo, acrílicos preparados, óleos, el juego con figuras geométricas y su afición por la física y las matemáticas.
El trabajo del autor adquiere otra textura con el empleo de lentes en 3D y reafirma la idea del Salón respecto a que la tecnología no desplaza a la gráfica. El uso de lentes genera una nueva profundidad a través del uso de luz ultravioleta. (I)