Probablemente uno de los momentos que más expectativa genera semana a semana en la serie Game of Thrones, es ver la forma que toman los lugares únicos en esta saga de fantasía.

Para los fanáticos que vienen desde la versión escrita, cada capítulo representa la oportunidad de meterse aún más en lugares como Harrenhal, un castillo que siglos atrás ardió cual horno con el fuego de dragones quemando en su interior al rey y su corte. Qarth, una ciudad medioriental exótica con paredes circulares concéntricas, que tienen esculpidas todas las etapas del cortejo marital, de lo emocional a lo carnal.

Pyke, tierra de los autodenominados kraken, que construyeron un castillo sobre varios acantilados, interconectado por puentes tallados en piedra y madera. Claro, una vez superada esta primera impresión las sorpresas se siguen sucediendo con personajes probablemente más complejos y fantásticos que las locaciones que habitan.

Tyrion Lannister es el último hijo de una de las dinastías con mayor poderío militar y económico en todos los 7 reinos. Humillado y menospreciado por su familia debido a deformidades y un marcado enanismo, son su intelecto y su carisma los que le permiten desembarazarse de la pompa y las buenas apariencias para abrazar su sed de conocimiento, alcohol y sexo.

Definitivamente uno de los personajes favoritos -no en vano ganó el Emmy al mejor actor secundario en una serie dramática-. Daenerys Targaryen es la última sobreviviente de una dinastía que en su mejor época sometió a los 7 reinos con el fuego inclemente de sus dragones.

Exiliada al otro lado del Mar estrecho, en un continente extraño que quiere verla muerta o sometida para hacerse con sus dragones recíen nacidos, está en ella el restituir a la Dinastia Targaryen a sus sitial de más de 4.000 años de historia.

Aunque sólo mencionamos 2, Game of Thrones tiene personajes sumamente fascinantes que mantedrán al espectador cambiando de bando, casi tan seguido como los 5 reyes que se enfrentan en esta segunda temporada.