En 2011 surgió la idea de hacer un Mundial de Magia que reuniera a los mejores exponentes de este arte. El mentalizador fue el empresario y mago caleño Diego Fernando Córdoba Borrero. En el ámbito de la prestidigitación es conocido como “Sr. Misterio”.

Él es presidente de la Corporación Cali Mágico, que llevó a cabo el Mundial. La sexta edición del evento se cumplió del 14 al 17 de noviembre en la ciudad de Cali (Colombia) y contó con la participación de los magos ecuatorianos Juan Estrella, de Cuenca, y Prema Delpi, de Guayaquil.

Diego Córdoba habló con este Diario sobre el rumbo de la magia en la actualidad.

¿Cuál es el balance del Mundial?
Es positivo. Tuvimos 120 asistentes de diferentes países, entre ellos EE.UU., Panamá, Perú, Ecuador, España y por supuesto Colombia; 12 expositores y tiendas de magia. Se hizo una competencia de magia de cerca y galas mágicas con aforo completo.

Cali tuvo por años el rezago de la economía del narcotráfico. Eso generó una mella en el imaginario de cultura de la ciudad. Lo que hacemos con propuestas como el Festival Mundial de Magia, es dar alternativas novedosas e innovadoras

¿En qué nivel está la magia ecuatoriana?
La magia ecuatoriana ha ido ganando presencia. Hay un mago que se llama Siegfred Tieber “Chacha” y trabaja actualmente en el Castillo Mágico en Hollywood. Además, este año se hicieron dos eventos grandes en Quito: Tierra de Magos y el Festival Internacional Conejo Blanco, ambos con presencia de grandes artistas del ilusionismo.

Hay grupos trabajando en ciudades como Manta, Cuenca y Guayaquil con la academia Rumbaut y por supuesto, en Quito. Es un proceso que hemos apoyado desde Cali Mágico y que ya va dando frutos.

¿En qué dirección va la magia moderna?
La magia evoluciona a partir de nuevas propuestas. Así como en el fútbol está la FIFA, en el mundo de la magia funciona la FISM (Federación Internacional de Sociedades Mágicas). Este organismo hace congresos de magia en varios países. En ellos hay competencias y los actos logran puntajes.

Si superan la evaluación de los jurados, se destacan en el mundo. En Latinoamérica existe la Flasoma (Federación Latinoamericana de Sociedades Mágicas). Gran parte del ejercicio académico tiene que ver con oxigenar la escena desde allí.

La gente piensa aún en el mago con las palomas y el conejo...
Es cierto, hay íconos en este arte que aún prevalecen y muchos asocian magia con el sombrero y las palomas. Pero hacemos cada vez menos magia con animales. Eso está siendo revaluado, tiene toda la posibilidad de ser distinto, de no usar animales en el espectáculo.

Vale la pena aclarar que, contrario a lo que se muestra en películas como “El último gran truco”, donde se maltratan las palomas, hoy en día existe un cuidado enorme por estas mascotas.

La magia moderna va trascendiendo el uso del frac y el sombrero de copa, hacia una estética que sin perder la elegancia, narra con imágenes más cotidianas. La magia hoy está cada vez más presente en los realities de talento en el mundo. Eso ha hecho que se posicione como una opción de entretenimiento o de arte innovador.

¿Cómo se ha vinculado la tecnología al arte mágico?
El uso de multimedia en las rutinas en escenario, el uso de los dispositivos móviles como teléfonos celulares o tablets, posibilita narrar de manera más cercana para el público ya que este tiene contacto permanente con este tipo de objetos.

¿Cómo cambia la magia de un país a otro?
Diría que en América Latina no hay una diferencia muy marcada. Sin embargo, países como Argentina o México, que tienen una tradición mágica mucho más antigua, tienen la posibilidad de desarrollar propuestas innovadoras.

Mi lectura es que la posibilidad de modificar la forma de hacer magia va a estar en manos de equipos de trabajo que fortalezcan propuestas nuevas. Que uno no diga “es tal mago” sino “es tal equipo”.

Este equipo tiene un creativo, un director de escena, un director de técnica manipulativa. Desde ahí el equipo propone una estética que refresque la escena. (O)