Los libros infantiles aumentaron 40% en 2018 en el país
“El libro guarda ideas y sueños, despierta imaginaciones, creatividad y empatía; con el libro viajas”, dijo la dramaturga y escritora infantil María Fernanda Gutiérrez, durante una extensa jornada por el Día del Libro realizada el martes en el Museo Antropológico de Arte Contemporáneo (MAAC).
Esta fue una edición especial del programa “A vuelo de página”, realizada por la entidad, una vez al mes.
Residente en Perú, la recordada actriz leyó un estracto de Brujas. Embrujo de azúcar, la segunda edición de su antecesora obra Brujas que presentó y escenificó en 2015, en Guayaquil.
“La literatura de ficción te traslada a mundos maravillosos. Cómo hubiéramos llegado a la Luna si el maravilloso Julio Verne no escribía De la Tierra a la Luna y es que los primeros científicos somos los escritores”, sostuvo.
Gutiérrez aprovechó para repasar un fragmento de su libro El silbato, donde describe el perfil de una niña solitaria y diferente a los demás.
Cuenta que creó la historia después del terremoto, cuando ella atravesaba una depresión y una larga sequía literaria.
Verónica Coello Game fue otra de las invitadas a la celebración. Coello compartió unas líneas de Banana Split, su primer cuento publicado por Alfaguara.
“Al libro hay que celebrarlo todos los días”, dijo a a un público conformado, en su mayoría, por adultos y personas que llegaban a la tercera edad.
La escritora confirmó que su cuento Se busca novia para el solitario George (2010) va por su décima edición y acaba de cruzar otras fronteras, pues hoy en día circula en librerías de Perú.
Bajo el sello de Alfaguara, la trama permite al lector reflexionar sobre el cuidado y conservación del medio ambiente.
Coello también tomó esta oportunidad para presentar Zebrita, su último minicuento hecho para la XIII Maratón de Cuentos de Quito y que presentó en el Palacio de Cristal de Itchimbía.
“Este año la convocatoria tenía como temática la inclusión y mi historia fue una de las escogidas”, contó.
Zebrita narra la situación de una infante que, a diferencia de las demás zebras, nació albina y usa una manta a rayas para evitar la segregación.
Margarita Barriga Pino, propietaria de librería Vida Nueva, también participó en el evento. Mía va de paseo fue el cuento que interpretó al estilo de teatro leído.
“Todos los que leen y gustan leer son personajes especiales, entonces hoy hay que darle ese día al libro”, sentenció e invitó a escuchar la historia de Mía, una niña que tiene una aventura con especies del estero Salado.
La dinámica pasó a manos de la poetisa y psiquiatra infantil, Piedad Romoleroux.
Ella prefirió deleitar al público con la declamación de poemas que creó en su infancia e hicieron reír a muchos.
“Había una vez un tiburón sin aletas, sin sus dientes, un viajero sin maletas, un quejido sin dolor y un poema sin sentido, para un niño preguntón”, recitó la escritora, entre otros poemas, de su libro Juega Jugando.
Literatura infantil en aumento
De acuerdo con cifras de la Cámara del Libro, entre 2017 y 2018 la literatura infantil ha crecido.
En 2017 se publicaron 252 títulos, mientras que en 2018 la cifra subió a 424 títulos, rebasando los títulos de la novela ecuatoriana que solo llegó a 266 ese año.
Las temáticas de ficción son las que más destacan; sin embargo, hay un estilo que aborda la denuncia social aterrizando a los infantes a una realidad local.
Juana Neira, columnista de este medio, pertenece a ese grupo de escritoras de literatura infantil que ha retratado en sus publicaciones historias de su realidad local.
“Considero que hay temas que los niños deben saber, porque están viviendo violencia intrafamiliar, bullying, abandono, enfermedad, los temas de los refugiados, y deben ver esa realidad porque no viven en una burbuja de cristal”, sostiene.
Dice que celebró esta fecha con la lectura de sus cuentos Romeo y Mara, en dos colegios de Cuenca. (I)