Día de Inocentes, entre la tradición y lo urbano
Entre las celebraciones populares de fin de año está la del Día de Inocentes que tiene orígenes religioso y pagano.
Desde su llegada a América, el carácter secular de esta fiesta hizo posible que el episodio bíblico de la matanza de los inocentes (menores de dos años) ordenada por Herodes adquiriera significados diversos.
Las mascaradas, ruta de la parranda y bromas que se gastan cada 28 de diciembre, son una suerte de cuestionamiento y burla al orden establecido.
En la Europa Medieval, los espacios para la subversión estaban establecidos en torno a rituales alegóricos.
En el período virreinal del mundo andino se funde el calendario religioso con la celebración de solsticios y equinoccios, por ello las instituciones empiezan a ser protagonistas o personificadas en chanzas.
Entre los siglos XIX y XX -coinciden los historiadores Martha Flores y Leonardo Zaldumbide Rueda-, la sociedad abre espacios para la broma, y lo que era una fecha católica sale de lo litúrgico a lo cultural.
“Las mojigandas, esas disfrazadas de grandes cabezas, aparecen en la plaza pública con contenido satírico”, explica Zaldumbide.
Esa representación de la pureza de la infancia y la desinhibición se situó en lugares como la Plaza Grande, luego fue desplazada por autoridades a la Plaza de Santo Domingo, con personajes de vestimenta y origen andinos.
Entre los años 30 y 40 del pasado siglo, la tradición -que en otros países dura hasta el 6 de enero, Día de Reyes- invade los barrios quiteños y se funde con los festejos de fin del año, que suelen tener otros elementos alegóricos más presentes que los de Inocentes, como la quema de monigotes, representación de sus viudas o escritura de testamentos.
“Cuando Galo Plaza Lasso (1906-1987) fue concejal de Quito pidió que Inocentes se incluya en las fiestas de la ciudad”, cuenta el historiador consultado por este diario.
Pero la celebración tuvo un declive en la década de los 60 y a los años posteriores le sobrevinieron dictaduras militares y el confinamiento de la fiesta a un solo día.
Es el diario capitalino Últimas Noticias el que retoma la publicación en tono de broma desde 1994. Ayer, por ejemplo, imprimió en portada el título “El Gran des-concierto. Celdas distintas. Con: Lenín, el Rey del Sereno Moreno” sobre la imagen del Presidente de la República entonando una guitarra.
El editor general del tabloide que publica Grupo El Comercio, Carlos Mora, relató a sus lectores a través de Facebook Live que “es difícil (mantener una edición como la de Inocentes) porque hay que lograr que el lector tenga las claves de quien usa el humor para hablar de noticias sobre política”.
Noticias falsas y otras verdaderas se alternan durante los noventa cada 28 de diciembre en Últimas Noticias.
Todas las páginas fueron de broma y algunas portadas hasta fueron recordadas en protestas callejeras en contra del entonces presidente Jamil Mahuad en 1998, reseñó Mora.
“Es menos común, ahora, que entre amigos se hagan bromas de inocentes”, dijo el editor de un medio que emplea el humor incluso en titulares del día a día.
“¿Pueden subsistir estas actividades en una ciudad grande, o es propio de un pueblo?”, se pregunta Leonardo Zaldumbide, para quien la oficialidad ha desplazado ciertos rituales, pero no todos. (I)
Bibliografía
Los Años Viejos
María Pía Vera editó el libro sobre tradiciones de varios años; este incluye a varios investigadores.