La Biblioteca Nacional del Ecuador “Eugenio Espejo” (BNEE) es, por mandato de la Ley Orgánica de Cultura, el Repositorio legal de las publicaciones del país desde diciembre de 2017.

Esta función sirve para el archivo de cada libro que se publique en Ecuador, su registro y disponibilidad en el repositorio con fines de consulta, pero, desde que se aprobó la citada ley, hace casi un año y medio, los títulos no están al acceso de lectores.

La entrega de los libros para el depósito (2% del tiraje total de cada título) se formalizó el 27 de marzo pasado. Ese día se firmó un convenio entre la BNEE y el Servicio Nacional de Derechos Intelectuales (Senadi), a través del cual las editoriales entregan los ejemplares impresos a la segunda entidad.

Cada mes, el Senadi entregará a la biblioteca los libros correspondientes así como el registro de depósito legal. Pero a esos ejemplares no podrá acceder el público mientras la BNEE no se haya trasladado a un nuevo edificio.

Actualmente una parte del repositorio funciona en el Edificio de los Espejos, de la Casa de la Cultura Ecuatoriana, que lo ha acogido durante más de siete décadas.

“El Ministerio de Cultura y Patrimonio realiza los trámites administrativos correspondientes para el traslado de los fondos bibliográficos. Este cambio conlleva estudios técnicos adecuados, por la capacidad que debe tener la nueva estructura porque el peso y la dimensión de los fondos bibliográficos y mobiliario es considerable”, explicó a este Diario el asesor jurídico de la BNEE, Diego Valdivieso.

No hay una fecha determinada para saber cuál será la nueva locación de la biblioteca y tampoco se le ha asignado un presupuesto pese a que, desde el último trimestre de 2018, tiene autonomía administrativa.

En la actual sede del repositorio se pueden consultar libros que datan de hace cinco siglos y 9.905 títulos que fueron de los jesuitas solo están disponibles para investigadores.

El Depósito legal que está actualizado y abierto es el de la Biblioteca Ecuatoriana Aurelio Espinosa Pólit. (I)