Gerard Depardieu, famoso por su actuación como Cyrano de Bergerac o Asterix y Obelix, recibió esta semana las críticas de sus admiradores y de la prensa francesa por mudarse a Bélgica para evadir impuestos. El exilio fiscal del actor, uno de los mejores pagados en Francia, causó indignación en diversos sectores por su falta de compromiso con el país.

Depardieu fijó su residencia en Néchin, un pueblo situado a solo un kilómetro de la frontera binacional, adonde también se trasladaron varios millonarios galos."Cada uno debe tener un comportamiento ético, sin importar el oficio que realice", dijo el presidente francés, François Hollande, al referirse a esta decisión. El primer mandatario, quien asumió el poder en mayo pasado, impulsó un proyecto de ley aprobado por el parlamento para gravar con 75 por ciento a las grandes fortunas durante dos años.

Depardieu es dueño de varias viviendas, restaurantes, viñedos y otras propiedades en Francia, Argentina, España y Marruecos."No se hará retroceder la pobreza si aquellos que tienen más, y a veces mucho, no aceptan un poco de solidaridad", dijo el primer ministro Jean-Marc Ayrault, en una conferencia sobre el tema de la precariedad efectuada esta semana.

Nathalie Artaud, portavoz del partido Fuerza Obrera, llamó a impulsar una política fiscal para obligar a los ricos a pagar lo que les corresponde. Este asunto debería obligar a reflexionar sobre la necesidad de una armonización fiscal europea, opinó, por su parte, Chantal Jouano, vicepresidenta de la Unión de Demócratas Independientes.

Aprovechando las bajas cargas fiscales en otros países de la Unión Europea, unos 2.800 franceses abandonaron el territorio, entre ellos los propietarios de los almacenes Darty y de los supermercados Carrefour y Auchan.Esta decisión provocó el rechazo, no sólo en Francia, sino también del lado belga, donde esta semana decenas de manifestantes se concentraron frente a la residencia del actor para condenar su falta de solidaridad.