La experiencia de gobiernos locales y nacionales ha sido una fuente de trabajo vital en el congreso de la Unesco sobre cultura y desarrollo que concluyó ayer en China.

En el evento ciudades como Bilbao y Medellín y países como Argentina demostraron que la cultura es fuente de desarrollo.

El congreso concluyó con la “Declaración de Hangzhou” para promover que la ONU incluya esa idea entre los Objetivos para el Milenio de su llamada “agenda post-2015”, en la que  se recoge la necesidad de “garantizar unos derechos culturales para todos, para promover un desarrollo sostenible inclusivo” en la sociedad.

Desde perspectivas diferentes, los gobiernos locales iberoamericanos aportaron varios de los ejemplos más evidentes de los programas de trabajo. “El caso de Bilbao es un ejemplo concreto, con los pies sobre la tierra, de cómo la ciudad ha cambiado partiendo de un momento de crisis, en los 80”, y con la creación del Museo Guggenheim, logró darle un vuelco a la identidad y economía de la ciudad.

Por su parte, la experiencia de Medellín es más reveladora, ya que su política cultural, desde los años 90 ha permitido reducir la violencia entre un 70% y 80%, desde las 384 muertes violentas al año por cada 100.000 habitantes, en el peor momento por los carteles de la droga, entre 15 y 30 ahora.