González Iñárritu, Patricia Arquette, Eddie Redmayne, Graham y Julianne Moore destacaron temas sociales sobre el podio
¿Cuál fue la dimensión política de los premios de la Academia este año?
Durante su alocución en la gala 87 de los premios de la Academia de Hollywood, este domingo, Laura Poitras, directora del filme CitizenFour (producido por Mathilde Bonnefoy y Dirk Wilutzky), le agradeció a uno de los personajes de su obra de no ficción, cuando recibía la estatuilla a mejor película documental. “Gracias a Edward Snowden por su valor, a los informadores y a los periodistas que destapan la verdad”, dijo la cineasta en reconocimiento al exagente que reveló la intromisión de las autoridades estadounidenses en las vidas privadas de sus ciudadanos a través de la recopilación de metadatos de conversaciones telefónicas.
Antes de esa revelación -comparable al escándalo mediático que supuso la demostración de espionaje político del caso Watergate, en 1972-, Snowden, entonces miembro de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) de Estados Unidos, firmaba con el seudónimo de ‘Ciudadano Cuatro’ en los primeros correos electrónicos que envió a Poitras, y fue así como mantuvo su identidad en secreto durante 5 meses hasta que ambos se conocieron en Hong Kong (China), en junio de 2013.
Aquel primer encuentro entre quien se convertiría en uno de los más destacados denunciantes -junto a Julian Assange- de los abusos de la privacidad a través de las redes, Poitras y el periodista Glenn Greenwald (The Guardian) dio lugar al filme, sobre el cual Snowden ha dicho, en entrevista con The New York Times, que “es sobre nosotros. Este momento, este viaje de revelación. Yo no tengo un papel en la película. No he sido importante, excepto en el mecanismo inicial”.
La documentación de Snowden muestra que las grandes empresas de internet habían entregado las claves de sus nubes de información a la NSA y que esta había logrado incluir en los sistemas de comunicación unos programas que permitían descifrar esas claves, convirtiendo a las comunicaciones privadas en uno de los intereses primordiales para la seguridad del Estado pese a que esa intromisión incluye una vulneración de derechos individuales y que le valieron al exanalista un asilo en Rusia.
Reivindicaciones en Hollywood
Otro de los temas sociales que se toparon sobre el podio de los Oscar tuvo como protagonista a Graham Moore, quien recibió el galardón por el guión adaptado de la película The Imitation Game.
Casi entre sollozos y conmoviendo al auditorio, Moore recordó que trató de suicidarse a la edad de 16 años “y ahora estoy aquí” para dejar un mensaje claro, que no dejó de lado su condición de homosexual: “Quiero aprovechar este momento para dirigirme a ese niño ahí afuera que siente que no encaja en ninguna parte. ‘Sí encajas. Sigue siendo raro. Sigue siendo diferente y, entonces, cuando sea tu turno y estés en mi lugar, pasa el mensaje’”.
El rapero Common habló del puente de la localidad de Selma -nombre del filme a través del cual logró el reconocimiento a la mejor canción por el tema Glory- que el activista Martin Luther King recorrió durante su célebre marcha contra la discriminación racial y al que recientemente acudió para actuar en compañía de John Legend.
“Ese puente fue un símbolo de una nación dividida, pero ahora es el símbolo del cambio. El espíritu de este puente trasciende la raza, el género, la religión, la orientación sexual y el estatus social”, dijo el intérprete de un género que destaca, históricamente, por la protesta social que supone al lado del glamour de algunos de sus exponentes. “Este puente se construyó sobre esperanza, se soldó con compasión y se elevó con el amor de todos los seres humanos”, concluyó el rapero mientras que Eddie Redmayne y Julianne Moore dedicaron sus estatuillas (por interpretar a Stephen Hawking, en La teoría del todo; y a la protagonista de Siempre Alice, respectivamente) a los enfermos de esclerosis lateral amiotrófica y de Alzheimer como una extensión de la identificación que puedan lograr sus brillantes papeles en esas personas y su entorno familiar.
Como no podía ser de otra manera, el mexicano Alejandro González Iñárritu, director de Birdman, la mejor película, se dirigió a sus compatriotas: “A los que viven en México, rezo porque podamos construir el Gobierno que nos merecemos. Y quienes viven en este país, rezo porque sean tratados con la misma dignidad y respeto que aquellos que vinieron anteriormente y construyeron esta increíble nación de inmigrantes”, dijo en castellano.
El actor Sean Penn anunció su condecoración con una broma que resultaría polémica de no conocerse su amistad durante el rodaje de la película 21 Gramos, cuando dijo “quién le dio a este hijo de puta su tarjeta de residente” al abrir el sobre que contenía la buena noticia.
En un discurso que llevó escrito, la actriz de 47 años Patricia Arquette -intérprete de Boyhood, hija y hermana de actores y madre de dos hijos-, recordó que las mujeres han luchado históricamente por los derechos de todos los demás colectivos, pero que ha llegado el momento de luchar por los suyos propios. Y que la igualdad (de género), aunque muchos lo nieguen, existe solo sobre el papel.
“A todas las mujeres que han dado a luz, que pagan sus impuestos y que son ciudadanas de esta nación, hemos luchado por los derechos de todos los demás. Ya es hora de que tengamos de una vez por todas el mismo salario (que los hombres) y los mismos derechos para las mujeres en Estados Unidos de América”, señaló con la aprobación de las mujeres presentes en la gala.
En la sala de prensa, Arquette dejó en claro que el problema de esta industria, que año tras año deja ganancias millonarias, reside en que la “Constitución del país no fue escrita pensando en la igualdad de derechos de la mujer” e insistió en que debe enmendarse. “Necesitamos unas leyes federales que sean amplias”, concluyó.