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Cristóbal Zapata: “La literatura debe sacudir las buenas conciencias”

El autor que ha editado varios ensayos sobre arte, además de libros y catálogos.
El autor que ha editado varios ensayos sobre arte, además de libros y catálogos.
Foto: Archivo / ET
18 de septiembre de 2019 - 11:45 - Redacción Cultura

Lecciones de Abismo es el segundo cuentario del escritor Cristóbal Zapata (Cuenca, 1968). Cada historia está situada en la ciudad a la que llama Convención y por la cual circulan personajes vinculados con la cultura.

El acercamiento de la persona que narra con una prima menor es la trama del cuento “La Prenda”, en cuyo principio los lectores hallarán las razones de la portada del libro: una fotografía de Juliana Vidal en la que una pareja aparece leyendo al poeta inglés John Donne.

Sobre el deseo narrado en sus páginas, Zapata le explica a este diario que no ejerce la autocensura. La seducción de Valeria (de 22 años) por parte de Javier (29) es algo que transita entre lo real e imaginado, sin corrección política.

“Un acto canalla −admite Zapata− que tiene una solución ética en el relato”. Para el autor de El pan y la carne (2007), la ficción tiene una autonomía que funciona como un cerco frente a “la moral en uso, el orden establecido”.

“(Ricardo) Piglia decía que los escritores experimentan con sus pasiones; yo diría que la literatura es un espacio donde pones a prueba tus demonios y fantasmas”, sostiene Zapata.

“Hay que explorar la diversidad humana porque el mundo no está hecho de seres impolutos, perfectos. Eso sería espantoso y desolador”. La importancia de la literatura sigue estando en su poder revulsivo, su capacidad de sacudir las buenas conciencias, trastocar la estantería, insiste.

En otro relato Zapata plantea un viaje temporal; en otro, la contemplación de una bailarina; y en otro el fisgoneo en el armario de una tía. Pero el libro −editado por La Caída− es más que un recorrido por relaciones tabú o situaciones perversas, sin dejar de lado un abismo de pasiones.

Fernando Balseca reseñó que estos cuentos “están atravesados por las tensiones que engendran las acciones temerarias que acometemos, acaso sin entender por qué, regidos por lo que no tiene explicación”.

“Salvada la literatura devocional o de autoayuda, todos los autores seríamos llamados a juicio si se tratara de poner la moral sobre lo narrado”, concluye Cristóbal Zapata, “si a los escritores, artistas les extirpamos sus demonios, quedarían unos pobres fantoches”. (I)

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