Conociendo y recordando a la nieta primogénita de Rubén Darío
El célebre poeta nicaragüense Rubén Darío se casó con la escritora costarricense Rafaela Salvadora Contreras Cañas, procrearon un hijo Rubén Álvaro Darío Contreras (nacido el 11 de noviembre de 1891 en San José Costa Rica y fallecido el 9 de enero de 1970 en Buenos Aires, Argentina). Rubén Álvaro contrajo matrimonio con Eloísa Regina Basualdo Vignolo (1887-1969) y procrearon tres hijos: Stella, Eloísa y Rubén Darío lll.
En complicidad con Martín Katz Darío arquitecto y bisnieto de Rubén Darío, hoy tenemos el grato privilegio de presentarles la breve biografía y algunas anécdotas de la nieta primogénita del “Príncipe de las letras castellanas”, Stella Darío.
Nieta primogénita
Stella Teresa Darío y Basualdo nació el 11 de noviembre de 1918 en Buenos Aires, Argentina, en el edifico para los empleados del Diario La Nación llamado La Colorada en la Calle Cabello 3800, y falleció el 15 de julio del 2004 en la misma ciudad. Stella estudió en la Escuela de Bellas Artes Prilidiano Pueyrredón, escribió cuentos para el diario La Nación (Argentina). Su nombre Stella es en recuerdo al pseudónimo con que escribía su abuela Paterna y Teresa en recuerdo a su abuela materna. Fue Directora de Cine y maestra de taquigrafía y dibujo por 25 años en la escuela pública de plástica y otras disciplinas.
Escribió un tango titulado: “Ya llegó el invierno” que lo tocaba la orquesta de D Arienzo cada vez que la veía en una reunión. Colaboraba en las relaciones publicas con su padre cuando fue Embajador de Nicaragua en Argentina. Estudió dirección de Cine y para recibirse en el año 1950 dirigió la película “La Eterna Historia” cuyo cameraman fue Martin Katz así se conocieron y se casaron el mismo año. Los actores de dicha película fueron sus hermanos y amigos íntimos de la familia. Martin Katz (nació en Berlin Alemania el 27 de octubre de 1921 y falleció en Buenos Aires Argentina el 8 de junio del 2003), tuvieron un hijo. Martín Rubén Jesús Katz Darío (n. 1957 Argentina).
Stella, siempre fue líder en todo lo que hizo, pero siempre tuvo un “ladero” (Sancho Panza), esa fue su hermana y su mejor amiga Eloísa Virginia (Chiquita) que si podía la hacía bajar a tierra, muchas veces no pudo. Ella tenía una personalidad sumamente singular, ya de joven fumaba en público, vestía pantalones y andaba conduciendo moto, nunca se privó de nada vivió intensamente, pero siempre miedosa. Martín recuerda que poco antes de fallecer ella le dio una definición de su personalidad: “Yo siempre fui atrevida pero miedosa en el momento de ejecutar una idea”. Su unigénito enfatiza que, “cultivó la amistad incondicional con sus amigos y parientes, de la nada organizaba fiestas para reunirlos, fue ocurrente y creativa muchas veces fuera de tiempo e infundía preocupación por lo audaz de sus proyectos originales”.
Modista y empresaria
Stellita como la llamaban cariñosamente, fue una emprendedora incansable en 1974 con 56 años empezó a remodelar departamentos para venderlos, con 76 años cumplidos pintó ella sola integro el departamento de su hijo mientras él vivía en México. Fue gran modista toda la ropa se la hacía ella, es más su propio vestido de novia, el de Chiquita cuando se casó y el de varias mucamas (sirvienta), que al llegar a trabajar a casa desde el primer día les ponía condiciones; además de limpiar, terminar el colegio, elegir un oficio y buscar novio y ella le haría el vestido. Katz, recuerda que “uno de los últimos vestidos de novia que confeccionó lo hizo junto con su hermana para mi prima Martha Eloísa Darío y Lacayo hija mayor de su hermano Rubén Darío y Basualdo que se casó en Nicaragua y por el terremoto del año 1972 Martha vino a vivir a casa y mi madre la consideró como una hija”.
Anécdotas
Katz Darío, nos comparte unas anécdotas de su madre que vivió durante su infancia.
• A los 5 años su padre le prohibió tocar las velas del árbol de navidad, ella las tocó como era de esperar y, se incendió el árbol.
• Llegado el 6 de enero recibió en el día de reyes magos unas papas como castigo en los zapatos que rápidamente cambió por los regalos que tenía de su hermana Chiquita en la madrugada sin que ella supiera, pero mi abuelo conocedor de la personalidad de su hija mayor las papas volvieron a su lugar de origen, a los zapatos de Stellita.
• A sus 12 años la familia toda se trasladó a Puerto de Santa Cruz al Sur de la Argentina ya que mi abuelo se radicó allí para ejercer su profesión de médico por un año aproximadamente, por la ocurrencia de organizar un Carnaval disfrazando a todas las chicas y chicos del pueblo se ganó que el cura en el sermón del domingo dijera que “el demonio había llegado a esas tierras”.
Para despedirse Katz Darío, expresa: “Gracias madre por mostrarme tu creatividad, que todo se puede, que la vida no tiene sentido si no se piensa en el otro y ser generoso con el prójimo”. (O)