La cinta es, según juventud rebelde, el suceso del año en La Habana
‘Conducta’, un filme que interpela a la Cuba de esta época
La Habana, Cuba.- Dos semanas después de su estreno, la nueva película cubana Conducta sigue llenando las salas de la isla, en las que abundan los aplausos, las lágrimas y las reflexiones de ciudadanos que chocan con su realidad en la parte más fea del espejo.
Con guión y dirección de Ernesto Daranas (‘Los Dioses Rotos’, 2009), la cinta narra la historia de Chala, un niño marginal de 12 años de La Habana, y su relación con Carmela, su veterana maestra de sexto grado.
Con una madre promiscua y drogadicta, un padre desconocido y una casa pobre y destartalada, Chala alterna sus estudios con el entrenamiento de perros de pelea (actividad ilegal en Cuba) para llevar el dinero con el que subsiste precariamente con su madre.
A la elogiada fotografía de Alejandro Pérez se suma en la película el alto nivel interpretativo de los protagonistas, el niño Armando Valdés y la actriz Alina Rodríguez.
Juventud rebelde destaca que la película atrae a miles de espectadores a
las salas cubanas.“El mérito de Daranas radica en buena medida en hacer un filme duro, sentimental y ‘agarra pescuezo’ sin que el espectador, inmerso como está en la historia, se detenga a analizar (¿a quién se le ocurre?) la manera con que el director, conjugando fórmulas, reanima el género y al mismo tiempo, lo seduce”, comentó el diario Granma sobre la película, producida por el Ministerio de Cultura, el Instituto de Cine (ICAIC) y otros entes estatales.
El periódico Juventud Rebelde, por su parte, destacó que “los valores de la película y la suerte de catarsis colectiva que provoca dondequiera que se exhibe” obedecen no solo a la buena calidad de la realización, sino a que invita a reflexionar sobre el “soporte ético” de la revolución cubana, “la honestidad del hombre”.
El diario destaca que la película, que atrae a miles de espectadores a las salas, ya puede considerarse el “gran acontecimiento audiovisual del año” en el país.
"Nunca pusimos los temas por delante"
La película muestra al protagonista en su casa y también en el aula, lugar donde quedan de manifiesto los problemas que los niños cubanos enfrentan en sus hogares cada día. “Conducta no pretende hablar del sistema de enseñanza cubano. La mirada se centra mucho más en esos riesgos a los que la niñez está expuesta, incluido el modo en que las condiciones sociales y económicas afectan a la familia y a la escuela”, dijo Daranas al portal de noticias Cubadebate (www.cubadebate.cu).
En sus declaraciones sobre el filme, Daranas también hizo referencia a las reformas económicas hechas por el presidente Raúl Castro. “Luego de un cuarto de siglo de crisis, los cambios que finalmente están teniendo lugar en nuestra sociedad y economía no han logrado el impacto esperado en nuestros sectores más humildes. Lo que sí hemos visto es que a todos los niveles se hable de crisis de valores, sin que se aborden a fondo sus causas. Los niños son el gran blanco de esos problemas”, dijo el cineasta.
De manera descarnada, la película aborda temas que suelen estar fuera de los medios: la pobreza, marginalidad, drogadicción, alcoholismo, doble moral, burocracia, formalismo, presidio político, prejuicios contra la religión y pérdida de valores.
“Nunca pusimos los temas por delante”, afirmó no obstante Daranas. “Nos centramos en armar una historia y en conformar personajes que se movieran con naturalidad y eficacia dentro de ella. A partir de eso, Conducta es una película sencilla, formalmente ortodoxa, en diálogo con la naturaleza de esa historia y de sus personajes”, agregó.
“Se trata de la película que nuestro país necesitaba”, dijo el cineasta Enrique Pineda Barnet en una breve nota publicada en Internet. “¿Cómo es posible hacer esta denuncia con arte, sin vulgaridad ni grosería, con toques fuertes al corazón y a la conciencia, sin concesiones al populismo ramplón que con tanta frecuencia nos golpea?”, se preguntó Pineda, y respondió: “con talento, buen gusto y honestidad”.
Por su parte, el documentalista Enrique Colina sostuvo que el filme “refleja el mundo marginal provocado por las carencias materiales de esa realidad social ignorada por los medios, donde buscarse la vida pasa por las formas ilegales y por aquellas que no deberían serlo”.
Esta película es “un llamado de emergencia más movilizador que todas las arengas reformistas en favor de un cambio de mentalidad”, dijo.