La comedia predomina en las temáticas de microteatro en Guayaquil
Las propuestas temáticas, a partir de la llegada del microteatro a Guayaquil hace poco más de cuatro años, ¿han ido ganando variedad o se han refugiado en la unificación de una historia condicionada comercialmente? ¿Se impone acaso el gusto cultural de una sociedad guayaquileña que opta por la comedia, la burla homófoba y las situaciones de infidelidad expresadas con vulgarismos?
Para el guionista Adrián Cárdenas, el 90% de las propuestas pertenecen actualmente al género de lo cómico, lo cual marca una clara tendencia que se relaciona a la asistencia del público.
El también actor, testimonia que "cuando hago comedias las salas están mucho más llenas que cuando hago un drama. Cuando hago un drama tengo funciones de muy pocas personas, entonces sí es un poco desalentador y por eso entiendo que mucha gente se incline por hacer comedia".
Advierte que no está mal, puesto que el género en cuestión está hecho para evidenciar problemáticas y hacerlas de un modo más digeribles para los espectadores. E incluso asegura que todos están en su derecho de querer hacer lo que quieran. Comprende que el público prefiera ir a relajarse, divertirse, pero también lamenta que no se cuestione cosas.
Asimismo, reconoce que tampoco "puedo exigirle a nadie que haga una obra que no quiera hacer", no obstante, sostiene que es necesario un compromiso social, como sociedad, "de poder también abrir otras posibilidades a los espectadores".
Cárdenas, quien también es director escénico, precisa que el problema empieza "cuando todo, o el mayor porcentaje de las obras que consumimos tienen un contenido de carácter homófobo, de carácter machista, misógino", y en que las personas que tienen otras propuestas se vean un poco marginadas, debido a "esta hegemonía de la comedia, porque está este mito de que solo la comedia vende".
Descree de ello, afirma que hacen falta propuestas y plantea que al tener tres obras cómicas y tres dramáticas en la cartelera sería un paso para acostumbrar al espectador y al artista a algo más y no padecer el estar "atados a estos formatos, por una cuestión netamente monetaria".
Por su parte, la directora de teatro, Ruth Coello, declara que desde el impulso dado en Miraflores por Jaime Tamariz se ha creado una mayor cantidad de público en la ciudad y eso le exige al artista una renovación temática y estética.
La promotora cultural, Cecilia Márquez, manifiesta que desde Tamariz ha habido una evolución que ha permitido la creación de más oportunidades para los guionistas, a quienes se les demanda muchos más textos teatrales.
"Hay tanta demanda que definitivamente el mercado nacional a veces no se abastece de esta cantidad de guiones que hay que producir", indica Márquez.
Si bien la ganancia recibida por la elaboración de un guion es actualmente mayor respecto a la fase anterior a la introducción del microteatro, no resulta un estímulo económico representativo para la creatividad de las obras.
Así también, Márquez asevera que los guayaquileños “se pueden identificar con historias románticas. A la gente le encanta el humor negro y el fácil también. Creo que la gente viene a divertirse; creo que la gente lo que menos quiere ver, cuando sale del trabajo, de sus casas, es un drama; ya de por sí hay tanto problema que la gente viene a ver algo diferente". (I)