Cristales de emociones da paso al aniversario 15 de Nuestrarte
El colectivo Nuestrarte celebra sus bodas de cristal por 15 años de actividad artística, con la muestra Cristales de Emociones, que se exhibe en la pinacoteca de la Casa de la Cultura Núcleo del Guayas.
Se trata de una exposición que integra una gama de técnicas, estilos y temáticas que parten de la percepción y creatividad de 32 participantes en pintura, escultura, fotografía, grabado, dibujo y reciclaje.
“Es la expresión poética del artista develada entre líneas, colores, movimientos y ritmos, cuya sensibilidad nos contagia, nos envuelve e invita a transitar por los caminos del arte, la mayor expresión de la cultura, permitiéndonos reflexionar sobre nosotros mismos, explorar nuestra propia esencia y condición de seres humanos, provocando en el espectador un placer perceptivo, cognitivo y emotivo”, manifiesta la arquitecta Jenny Becerra, curadora de la muestra y líder del colectivo fundado en 2003.
Sostiene que parte del objetivo de este trabajo en grupo es fortalecer el acervo cultural de sus miembros y su toma de conciencia como seres humanos frente a la realidad que se vive en sociedad y su rol en la defensa del planeta, el medio ambiente y la humanidad.
“Para la concepción de esta exposición se sugirió la temática libre. Tenemos obras de anatomía, hay arte originario como de la época precolombina y surrealismo, entre otros estilos”, describe la organizadora, quien comenta que hubo una rigurosa selección de cuadros que debían expresar talento y habilidad.
“Es importante conocer que cada obra debe tener oficio, expresa un mensaje. Debe tener sustento de por qué lo hizo y qué quiere decir”, indica esta licenciada en Artes de la Universidad de Guayaquil.
Ronald Rizzo exhibe su obra Tsafiqui, que creó con técnica mixta de óleo en una obra de hiperrealismo sobre un hombre tsáchila. Foto: José Morán / El Telégrafo
La riqueza también está en el mar es la obra de la curadora, elaborada en homenaje a la mujer con la creación de animales y elementos del bosque, mezclados con siluetas femeninas.
“Hace muchos años estoy en una campaña de hacerle comprender a la mujer sobre el papel importante que tiene en la vida (...) y a través de mi obra, la pongo a ella en un plano importante porque de ella viene y sale todo”, asegura la integrante del colectivo Nuestrarte.
Principio femenino es otra de sus obras en óleo, que consta en la pinacoteca y que guarda el mismo sentido de la anterior. Sin embargo, en esta plasmó formas femeninas en diversos objetos y elementos de la naturaleza.
Obras del colectivo
Alejandro Elías es otro de los artistas plásticos invitados a esta exposición. Participa con dos cuadros en los que predomina su dominio en la anatomía femenina.
Con su pincel ha dado vida a dos sensuales siluetas con una perspectiva de la fantasía salpicada de color. Mientras que la artista plástica Diana Ponce se centró en el romance de una pareja. Su obra que se encuentra en el centro de la sala, se ubica frente a los cuadros de sus hijos Gicela Matamoros y Michael Rodríguez, quienes trabajan en la pintura, igual que su madre, pero en diferentes estilos.
Gicela hizo un moldeado con una pasta hecha de plastilina y otros elementos que luego pintó en tono oscuro. Mientras que Michael prefirió algo más elaborado con formas de personas.
Otro cuadro que destaca en la exposición es el de Jackson Sotomayor, quien se ha especializado en el arte precolombino. Su obra resalta la cultura, tradición y ceremonias que hacían nuestros aborígenes.
César Guale, licenciado en Artes, también fue parte de la gruesa lista de artistas y participa con Odisea Milenaria: los balseros de la navegación, una pintura que ya había concursado para un evento de pintura que propuso la Prefectura (2013) bajo la temática de la cultura chola de Santa Elena.
“Tomé como referencia una fotografía de un diario y partiendo de ella le hice una apropiación. Son unos pescadores sacando sus balsas del agua y una de las velas tenía la marca de una bebida gaseosa, entonces la eliminé y planteé la concha spondylus”, narra este creativo que utilizó óleo con un carácter realista y naturalista, basado en el fotorrealismo.
En cambio el hiperrealismo se puede apreciar en dos pinturas del artista Ronald Rizzo, quien prefiere trabajar con técnica mixta de óleo, aerografía y pintura de neón.
“El cuadro Tsafiqui, que está en idioma de los Tsáchilas que significa Palabra verdadera. Es una fotografía que tomé de referencia a un personaje de esa cultura que admiro, le puse mi estilo donde no se notan tanto las pinceladas sino la minuciosidad y el detalle”, dice el artista sobre la obra que participó en 2015 en el Salón de Riobamba. (I)
Diana Becerra es una artista plástica, miembro del colectivo Nuestrarte, que participó con una escultura abstracta sobre una pareja de amantes. Foto: José Morán / El Telégrafo