Colección de Wole Soyinca, expuesta en museo Niemeyer
El término venganza le suena a Wole Soyinka tan contundente que, aunque lleve desde mediados de los cincuenta del siglo pasado perpetrándola a través de la literatura y el teatro, prefiere sustituir esta idea por la de solidaridad con su país, Nigeria, y, por ende, con el resto del continente africano.
El Nobel de Literatura -en 1986- inauguró el viernes en el Centro Niemeyer de Avilés su última respuesta a la barbarie colonialista y bélica que asoló durante el siglo XX este país del África Occidental, la exposición Máscaras y miniaturas. Colección personal de Wole Soyinka.
"No se trata de una misión de restitución o venganza. He convertido una costumbre en una minúscula aportación al patrimonio cultural de mi país". Es la primera vez que estas máscaras y objetos salen de su casa después de "una larga y parsimoniosa, aunque combativa", labor recolectora.
Soyinka (Nigeria, 1934) comenzó a coleccionar cuando el expolio colonialista le golpeó en la cara durante sus años universitarios en Reino Unido: "Me encontré en medio de una rutina de hurtos. El resentimiento tiñó mi relación con unos objetos que hasta entonces veía con distancia".
Tiempo después, a mediados de los 80, eligió el exilio a la guerra civil. "Me di cuenta de que era el precio que tenía que pagar por mis ideas políticas", recuerda con apabullante templanza.