Tras la muerte de Tom Clancy ha quedado una estela de ideas en torno a la ficción que él puso sobre la escena literaria. Lo suyo fue nominado como tecno-thriller porque imaginó un mundo de ataques tecnológicos y biológicos, mundos sumidos en constante conflicto bélico. Clancy, genio de las ventas, publicó más de 100 libros durante su carrera; incluso este 3 de diciembre saldrá su última novela: Command Authority.

Además el estudio Paramount estrenará Jack Ryan: Shadow Recruit, una historia basada en su célebre personaje Jack Ryan, el mismo mes. “Fue un gran autor, creó la novela moderna de misterio, fue uno de los más visionarios contadores de historias en nuestro tiempo”, expresó el director ejecutivo de Penguin, David Shanks, en un comunicado. (Ver timeline ampliado)

La obra de Clancy se caracterizó por el relato de complicadas operaciones militares o de espionaje, terrorismo nuclear o bacteriológico. Los aspectos tecnológicos de las historias estaban profundamente documentados por el autor.

La mayoría de las novelas se desarrolla en el contexto de la Guerra Fría y sus consecuencias en el ámbito del espionaje, especialmente el industrial. “La gran diferencia entre ficción y la realidad, es que la ficción debe tener sentido”, dijo un día.

Bautizado Thomas Lanier Clancy Jr, el escritor estudió literatura inglesa antes de convertirse en vendedor de seguros. Luego de fracasar en su intento de sumarse a las Fuerzas Armadas por problemas de vista, comenzó a escribir historias.

Era aún vendedor de seguros cuando envió los originales de The Hunt of the Red October a Deborah Grosvenor, editora del Instituto Naval, que desde entonces es considerada quien descubrió el enorme talento que tenía en manos.

En sus historias introdujo al personaje llamado Jack Ryan, un analista de la CIA con antecedentes militares que se especializa en operaciones encubiertas contra la Unión Soviética. En libros posteriores, el personaje  Ryan incluso participa de la escena política de Washington.

En 1994 publicó el libro Debt of Honor, en el que un japonés ataca el Congreso de Estados Unidos arrojando contra el edificio un avión Boeing 747. El gesto fue considerado visionario luego de los ataques contra las torres Gemelas de Nueva York, el 11 de septiembre de 2001. “Nunca recibí un mensaje de admiración de parte de Osama bin Laden, y desconozco cuántos libros he vendido en Afganistán”, dijo Tom Clancy en 2003.

La larga lista de libros de Clancy incluye títulos que se convirtieron en éxitos también en la pantalla de cine, como La caza del Octubre Rojo (The Hunt for Red October), Juegos de Patriotas (Patriot Games) y Peligro Inminente (Clear and Present Danger).

En el cine, Jack Ryan fue interpretado por Alec Baldwin (The Hunt of the Red October), Harrison Ford (Patriot Games y Clear and Present Danger) y Ben Affleck (The Sum of All Fears).

Las cintas recaudaron alrededor de 800 millones de dólares en taquilla, lo que convirtió al escritor en un referente para Hollywood al igual que otros autores comerciales, como John Grisham, Michael Crichton y Stephen King.

Gracias a su obra literaria, Clancy acumuló una fortuna y llegó a ser copropietario del equipo de béisbol Orioles de Baltimore.

Clancy y los videojuegos

Además, Clancy licenció su nombres para una serie de exitosos videojuegos, como el enormemente popular Tom Clancys Plinter Cell, desarrollado por la firma Ubisoft.

También fue responsable de la formación de Red Storm y con ello contribuyó a la creación de sagas tan importantes como Rainbow Six, Splinter Cell y Ghost Recon, entre otras.

“Una pequeña unidad en mitad de un combate imposible abre la escena. La lógica dice que deberían estar muertos, pero en lugar de eso siguen vivos y coleando. Es más, la victoria es suya antes incluso de que el enemigo sepa que ha perdido”, señala el portal de IGN, sitio en español especializado en juegos del video, sobre el mundo de las batallas para señalar que eso no ocurre en el mundo de Clancy.

“En muchos juegos grupos élite pequeños ganan porque son superhombres, o porque el enemigo es un tanto suicida. En un juego de Tom Clancy no existen esas ventajas. En su lugar, la estrategia correcta, el arma de alta tecnología adecuada y el equipo idóneo son el único camino hacia el éxito. La batalla se decide antes de que la primera bala salga del cargador”, agrega el portal.

“Durante más de 15 años, Tom Clancy ha presentado el contrapunto gris y realista de la visión que muchos juegos presentan de la guerra. Y eso cambió completamente la forma de entender la guerra digital”, reseña IGN. Y agrega un resumen de esa historia: “Clancy era fanático de La Colonia, un innovador título escrito por el programador David Smith.

A Clancy le gustaba tanto ese juego que invirtió en la compañía de herramientas 3D de Smith, Virtus, y juntos comenzaron a crear un juego nuevo, el SSN, un simulador de submarinos que iría unido a la novela de Clancy con el mismo nombre. Cuando llegó el momento de escoger los detalles de diseño, Clancy decidió: llamó a su viejo amigo Doug Littlejohns, un comandante de submarino condecorado. El juego resultante se desarrolló en 9 meses, con resultados lo suficientemente buenos para convencer a Clancy de que debía crear su propia compañía desarrolladora, y con ello invadir el terreno del juego de video”.

Su postura política

Ferviente conservador y activista republicano, sus libros contaron a menudo con dedicatorias a altas figuras políticas, entre ellas, la más notable, la del expresidente Ronald Reagan, que nunca ocultó su admiración por el trabajo de Clancy.

El escritor no tuvo remilgos en acusar a los políticos de izquierdas de ser parcialmente responsables de los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001 debido al desmantelamiento de la CIA.

Miembro de la Asociación Nacional del Rifle desde 1978, Clancy era un gran partidario de las Fuerzas Armadas estadounidenses, con cuyos líderes coescribió libros acerca de sus actividades en el extranjero como Into the Storm: On the Ground in Iraq y Every Man a Tiger: The Gulf War Air Campaign.