¿Cuáles son los consejos que da Alan Berliner a la hora de hacer cine documental?

Durante la inauguración del Festival de Cine Documental Encuentros del Otro Cine, en Quito, el exagente de la Agencia Nacional de Seguridad que reveló el espionaje de Estado en EE.UU., Edward Snowden, afirmó que “el mundo es mejor gracias al cine documental”.

Aunque, a veces, se lo relaciona más con el cine que con el periodismo, este género audiovisual se ha convertido en una herramienta político-estética que, al menos en el Ecuador, es la que mejores cifras arroja en taquilla. Los EDOC se especializan en las obras que cuentan la realidad desde la gran pantalla, y uno de los invitados, en la edición de 2015, es el cineasta Alan Berliner quien sorprendió a varios de sus colegas, espectadores de sus cortos y mediometrajes, al dar, el sábado pasado en el hemiciclo de Flacso, un puñado de consejos reveladores.

Por ejemplo, “para un documental -sostuvo Berliner-, el entrevistado debe pensar en un tema de una manera en que nunca antes lo había hecho”. De esa conferencia inicial, rescatamos una decena de consejos adicionales que estructuran sus obras y que seguro quedarán en la retina y libretas de apuntes de muchos realizadores ecuatorianos.

Sigue tu fascinación. Encuentra qué es lo que te atrae. Qué es lo que te magnetiza, emocionalmente, psicológicamente, inefablemente, irracionalmente. Las ideas, las personas, los lugares o las cosas que te hacen pensar o preocupar, que traen alegría, que te estorban o encantan, que te hacen querer saber todo sobre ellas.

Entra a tu tema (objetivo) con espíritu libre, abierto. Cada película que haces es un camino a seguir, un viaje que hacer. Bota a la basura tus expectativas, suposiciones y tu itinerario detallado. Permítete perderte en el camino, haz un espacio para las sorpresas y descubrimientos. Juega.

Recuerda que el cine es un proceso. Nadie lo logra la primera vez. No tengas miedo de fracasar. No tengas miedo de cometer errores. En el oficio del cine, tener dudas es contagioso y puede potenciar tu trabajo. Pero, recuerda, que el cine también está hecho de emociones que transbordan el alma.

Admite que algunas cosas están fuera de tu control. (Eso es parte del proceso.) Pero también tienes que saber que una cosa lleva a otra. Rápido o lento, pero siempre lo hará. Tienes que saber que un camino es un camino, aunque haya neblina.

No temas tener malas ideas. Toda buena idea es una bisnieta de una mala idea. Las malas ideas te llevan a 2 direcciones y siempre una de ellas funciona.

Escucha a tu película. Te va decir qué es lo que necesitas hacer. Será sutil, muy silencioso al inicio, como un pulso suave. Luego, muy fuerte y, claro, al final, lo que era un murmullo tendrá una personalidad fuerte. Suena loco, pero es cierto.

Hazte amigo de la suerte -en cada ensayo-, el accidente -en la práctica- y la sincronicidad -serendipia-. Esas son fuerzas que pueden ser generadas y cultivadas. Son tus aliadas.

Cree en ti mismo. Cree en tu intuición, en tus instintos. Los has ignorado toda tu vida. Tú eres tu mejor guía. Intenta convertirte en tu mejor crítico. En el cine la confianza es contagiosa y gratificante.

Cada película que haces es una ecuación única por resolver. Siente el placer en el reto de encontrar soluciones únicas. Cada película es un misterio a resolver. Te va a confundir en cada curva, te va a llevar a tus límites.

Se supone que es difícil. Y divertido. Se supone que es divertido y difícil. Y nunca vas a dejar de aprender haciendo películas. Acostúmbrate a esa idea.

Fuente: Cuéntame algo, consejos para hacer cine documental. Editado por Jessica Edwards, en alanberliner.com (F)