Un payaso alza el vuelo y suelta los afectos en Ciclos
Como un laboratorio para fusionar varias disciplinas artísticas se concibió Ciclos. Una obra que dibuja las emociones con el movimiento corporal -tanto en el aire como en la tierra- mediante la utilización de cuerdas, arnés, luces y música en vivo.
Esta iniciativa del grupo Verticálica fusiona las artes escénicas y deportes extremos para crear una composición coreográfica a través de la danza contemporánea y la vertical.
Antonio Harris, Fidel Minda, Camila Hernández, Sofía Barriga y Andre Acuña son los investigadores de esta propuesta que estrenaron en el Festival Tercera Llamada (2017) -en Quito- y que hoy presentan, a las 19:00, en la explanada del Teatro Sánchez Aguilar, en el marco del Festival de Circo.
“Un personaje que lleva el hilo conductor de la obra es el clown, quien plantea una búsqueda, su deseo de volar y un anhelo que hace ver sus propios miedos”, dice Camila Hernández, productora de esta obra con acrobacias.
Hernández y Sofía Barriga son las bailarinas que -suspendidas en el aire con cuerdas- ejecutan una coreografía interactuando con la arquitectura y texturas de sus creaciones. Ellas bailan en duetos complementarios.
“Trabajamos con las leyes que mueven nuestro cuerpo, como la gravedad, la fuerza centrífuga y centrípeta”, acota Barriga sobre este trabajo que transita por espacios no convencionales para otorgar una resignificación de la escena.
¿Pero es de verdad terrible el peso y maravillosa la levedad?, fue la frase que inspiró el proceso de construcción de esta pieza y que tomaron del libro La insoportable levedad del ser, de Milán Kundera.
Antonio Harris, intérprete del clown, tiene el peso de su cuerpo y de una historia que cuenta con mucho humor. “El payaso juega con las emociones y las acciones en este caso. Él está inmerso en varias situaciones en las que se encuentra como ser humano, con todos estos anhelos, sueños, objetivos (...) se trata de metáforas de la vida, de los ciclos que tiene cada uno como persona y que hemos plasmado”, señala.
Los arreglos musicales van desde sonidos con flautas andinas, guitarra, un tipo de kena traversa hasta un solo de percusión vocal o también llamado beat box.
“Uso sonajas de caña que suenan como pájaros, es como algo más acorde a la obra, más aéreo, abstracto, no tan concreto como un bolero”, explica Fidel Minda, quien creó casi 12 melodías para esta obra.
Relajarse y dejarse llevar por el peso y la levedad, por la ligereza de entrar en esta historia como un viaje musical y sensorial es lo que propone Verticálica en Ciclos. (I)
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Santa Madera cerrará el Festival de Circo
Inspirada en los rituales indígenas de América del Sur, Santa Madera, de La compañía Manos, Piernas y la Cabeza También (Cie. MPTA), presenta una coreografía que parece arrojar a los artistas a través del tiempo y el espacio, evocando ceremonias de los combatientes en un juego de poder.
Se trata de la segunda producción del dúo, creada en 2017, bajo la dirección del acróbata/trampolín Mathurin Bolze.
Con su visión, Santa Madera gira en los límites del control, y sus protagonistas cuentan su historia a través de una increíble fuerza, agilidad, valentía y gracia.
Él dirige esta pieza, interpretada por Juan Ignacio Tula y Stefan Kinsman, bajo un sello basado en la investigación, la creación y la difusión del circo contemporáneo.
Este artista, cuya compañía ha producido algunos de los espectáculos más impresionantes del festival de los últimos años, mantiene una reinterpretación de las artes del movimiento y la escena con el deseo de que las afinidades artísticas y humanas sean la fuerza motriz de esta búsqueda. La compañía fundada en 2001 está asociada al Lyon en Rhone-Alpes. (I)