Casablanca: el idealismo que venció al cinismo
Considerada una de las mejores películas de todos los tiempos, Casablanca, una historia de amor, pérdida y redención, celebró este fin de semana su 75 aniversario.
Estrenada precipitadamente en el Teatro Hollywood de Nueva York el 26 de noviembre de 1942 para capitalizar la invasión aliada de África del Norte, tardó en tomar posiciones en la taquilla, pero acabó ganando el Óscar al mejor filme en 1944.
La historia es icónica: un romance devastador protagonizado por Humphrey Bogart y Ingrid Bergman en los papeles de Rick Blaine e Ilsa Lund, unos amantes desafortunados cuya unión se ve sacrificada en beneficio de la lucha contra los nazis, en la ciudad de Casablanca, controlada por el gobierno de Vichy.
Para Nora Fiore, directora del blog de cine clásico Nitrate Diva, Casablanca trata del triunfo del idealismo sobre el cinismo, destacando la pasión de los actores de reparto, muchos de los cuales eran refugiados que escapaban de la persecución nazi.
“Casablanca muestra, de forma edulcorada, una alegoría de Estados Unidos saliendo de su aislacionismo y egoísmo, y arriesgándose para ayudar a otros, sobre todo a los refugiados”, dijo a la AFP la experta en cine.
El guión ganador de un Óscar escrito por Howard Koch, Julius Epstein y su hermano gemelo Philip, es destacable por las frases célebres que engendró, desde “Round up the usual suspects” (Detengan a los sospechosos habituales), hasta “We’ll always have Paris” (Siempre tendremos París).
Con la muerte el año pasado de Madeleine LeBeau, que interpretaba en la película a Yvonne, la amante despreciada por Rick, ya no queda ningún actor vivo, pero nadie pone en duda el legado de la película.
Considerada la tercera mejor película de la historia en 2007 por el American Film Institute, todavía hoy sigue llenando las salas de cine.
Subversiva
En 2012 el Óscar a Mejor director de Michael Curtiz fue subastado por $ 2,1 millones en Santa Mónica, California, y el piano del Cafe de Rick en el que tocaba Sam, por 3,4 millones dos años más tarde en Nueva York.
“Se trata de una película que fascinó a las audiencias en los días más oscuros de la Segunda Guerra Mundial y su mensaje todavía es relevante”, explica Amanda Garrett, una escritora especializada en películas de la era de oro de Hollywood.
“Casablanca pone a cada uno de sus diversos actores en una situación desesperada -viviendo en un régimen totalitario- y luego les obliga a decidir cómo van a reaccionar ante un mal inconcebible”, añade Garrett.
Muchos mitos circulan sobre la producción, y el más conocido asegura que la famosa química entre Ingrid Bergman y Humphrey Bogart estaba basada en una atracción mutua real.
Pero varios familiares, incluyendo la actriz Isabella Rossellini y la fallecida Lauren Bacall, han insistido en que ni Bogart ni Bergman se estimaban demasiado ni apreciaban mucho la película.
Ingrid Bergman, fallecida a los 67 años en 1982, no había querido en realidad hacer Casablanca pero aceptó el rol luego de ser rechazada inicialmente para el filme que realmente le interesaba: ¿Por quién doblan las campanas? de Sam Wood (1943), que protagonizará finalmente.
Solo le ofrecieron el papel en Casablanca luego de que Hedy Lamarr, la primera opción, lo rechazó.
Los historiadores del cine destacan que el guión fue escrito y reescrito docenas de veces durante el rodaje, dejando a Bergman a ciegas: ¿su personaje terminará con Rick o Victor Laszlo, encarnado por Paul Henreid? (I)