Carpe diem
Carpe diem
Suspicaces los ojos del filósofo
condenan el júbilo
de la cansada arboleda
hacia la eternidad del pensamiento
de las cosas.
Y, ¿qué son las cosas?,
preguntó un asno alado.
“Las cosas son lo que no son”,
retumbó con gravidez
una voz paleolítica.
Sospecha el filósofo
de su condición de tal.
Tal es su primer ímpetu,
sino sospechoso su filosofar.
Suelen ser los libros su refugio.
Y su casa
la de naipes
armada en la memoria de su abuela,
La jactancia del filosofo
torna su piel
en un médano de arena azucarada.
Pero aquél que se atreve a sembrar
una vida pujante cual grito de parto.
Ése sin darse cuenta,
cosecha los frutos del búho de Minerva.
Alejandro Sly (1980, Buenos Aires), poeta, dramaturgo, artista plástico y académico.