Carmina Burana reunió a 220 artistas (GALERÍA)
La entrega de un pergamino, por parte de la Orquesta Sinfónica Nacional del Ecuador (OSNE), a la directiva de La Fundación Filarmónica Casa de la Música, le precedió a la presentación de una original versión de la cantata Carmina Burana, la noche del miércoles pasado.
El gesto conmemorativo, a cargo del director Ejecutivo de la OSNE, Hernán Vázquez, tuvo como fin el reconocimiento de una década de funciones de la Casa de la Música, la cual suma, desde el inicio de sus funciones, el 8 de abril de 2005, una cantidad de más de 1.500 conciertos realizados.
El promedio de presentaciones en este auditorio, caracterizado a escala internacional por la calidad de su acústica, bordea los 180 conciertos al año, según la presidenta de su directorio, Irene Arteta de Arias. Desde sus inicios fue albergue de músicos y compositores como quienes integran la OSNE, agrupación que también celebra su aniversario este año.
Sus 65 años de existencia tuvieron a la cantata del alemán Carl Orff como inicio de sus celebraciones en un proyecto-ensamble sin precedentes, al que se unieron las voces líricas de Viviana Rodríguez, Marlon Valverde y Diego Zamora, además de los Coros de la Fundación Ecuatoriana de Canto coral, Voces cantantes de Quito, niños del colegio Alemán y de FECC.
¿Cómo darle frescura a una pieza clásica?
La interpretación de Carmina Burana, cuyas 3 funciones programadas concluyen esta noche, reunió a 200 artistas en escena.
La cantata, basada en textos descubiertos hace más de 2 siglos en un monasterio benedictino de la ciudad de Beuern (Baviera, Alemania), contiene 24 poemas escritos entre los siglos XII y XIII que narran, de forma trepidante, experiencias en torno a sensaciones como el amor, la lujuria y la embriaguez.
Las tesituras vocales de los integrantes más jóvenes del ensamble brillaron, otorgándole a la cantata un matiz inusitado para los asistentes, en especial durante el himno de inicio, en honor a la diosa Fortuna, que recuerda a los sonidos del Medioevo y al canto gregoriano.
Durante el poema 15 de la cantata, titulado El Amor Vuela por todos lados, los coros le dieron el toque de ternura requerido a la interpretación, para soltar versos sobre placer carnal.
El acoplamiento a la voz de la soprano guayaquileña Viviana Rodríguez se intercaló en el siguiente poema, Día, noche y todas las cosas, con las notas que exhala el barítono bajo Diego Zamora.
Este último ya tuvo una participación con la OSNE, al interpretar el Réquiem de Giuseppe Verdi y el Réquiem de Wolfgang Amadeus Mozart, piezas que también logró ensamblar junto a la Orquesta Sinfónica de Cuenca, ciudad de la que proviene.
El tenor ecuatoriano Marlon Valverde Campos se encargó de otros tonos en una interpretación inolvidable. El final presenta a Fortuna, Emperatriz del mundo, con el agregado de todos los infantes de los coros cuyo ensamble distinguía a esta versión, dirigida por el maestro Johannes Derin-Read. (I)
