Capitán Philips, realidad ficcionada

Capitán Philips registra el secuestro, en el océano Índico, del barco de carga MV Maersk Alabama por parte de piratas somalíes, mientras transportaba mercadería de Oman a Mombasa a través del golfo de Adén.

Se trata de una película de suspenso en la que el director, Paul Greengrass, logra mantener la tensión de principio a fin dilatando el inminente abordaje al barco; ofreciendo detalles de cada uno de los procedimientos que siguen los marineros para impedirlo; poniendo a la tripulación y a los piratas a jugar al escondite; haciendo que los marineros capturen al líder de los intrusos y fallen al momento de intercambiarlo con el capitán Philips, que termina al interior de un bote salvavidas con secuestradores drogados de impredecibles comportamientos.

No es una cinta que destaque por sus efectos, tampoco por la banda sonora, ni siquiera por la fotografía, sino por la adaptación de un suceso real y, como hemos dicho, por la capacidad del director al momento de captar la atención de los espectadores. Es necesario señalar, sin embargo, que pese a ser una película de corte holliwoodense, no ofrece una visión maniquea de los hechos. Al contrario, no presenta a los secuestradores como a unos asesinos desalmados, sino como a víctimas del estado de violencia que se vive en su país.

De hecho, uno de los secuestradores muestra simpatía por el capitán Philips, en la medida en que proviene de Estados Unidos, país en el que queda Nueva York, la ciudad soñada sobre la cual le gustaría conducir un automóvil y poseer todo eso que le “fue negado”.

Otro de los aciertos de la película es que logra trasmitir la presión psicológica que afecta no solo al Capitán Philips, sino también a los integrantes de una banda que son tratados, por la mafia local, como simples instrumentos obligados a conseguir dinero del que no disfrutarán.

Ningún detalle está suelto; la triste despedida que al inicio de la película se da entre el Capitán y su esposa se convierte después en remordimiento y la necesidad de escribir una carta que los captores confunden con una amenazante nota de auxilio; el pie herido de uno de los secuestradores en la toma del barco se transforma, conforme pasan los días, en símbolo de debilidad, y puesto que esta es curada por el Capitán, también en metáfora de humanidad y proximidad entre capturados y captores pero, sobre todo, seres humanos que por sus condiciones de vida han terminado por situarse en polos disímiles.

Una película sobre la lealtad a las causas, aunque sean equivocadas, al compañerismo, a la entereza que pueden mostrar los seres humanos en las circunstancias más adversas.

Esta película estadounidense, basada en hechos reales, fue dirigida por Paul Greengras (Domingo sangriento y Vuelo 93) y protagonizada por Tom Hanks y Barkhad Abdi. El guión fue escrito con base en el libro A captains duty, de Stephan Talty y el mismo capitán Richard Philips.

La película estuvo nominada a 6 premios Oscar de la Academia de Hollywood, pero no obtuvo ninguno.

En este año , Abdi se constituyó en el ganador de la categoría mejor actor de reparto de los premios Bafta, de la academia inglesa. Y la Sociedad de San Diego de Cine de la Crítica confirió a la película el Premio a la mejor edición.