Canadiense da nuevos bríos a lección de cine
Washed in blue se titula uno de los tres filmes que el joven editor y camarógrafo Tom Fennario, empleado en la televisión canadiense -para la red Aboriginal Peoples Television-, tiene a su haber. Esta vez, además de dictar un taller en la Universidad Casa Grande, por iniciativa e invitación del CnCine, compartió ese corto con unas 35 personas que se congregaron en el Auditorio Simón Bolívar, a las 19:10 del pasado jueves.
A más de los que él llamó sus estudiantes, asistieron otras personas interesadas en la conferencia “Las historias pequeñas y las grandes dificultades de los cineastas independientes”.
Fue un regreso a lo que la misma sala -cuando se llamaba MAAC Cine- hizo en 2004 con la primera Lección de cine, con la película Who the hell is Bobby Roos?, en presencia de su director John Feldman y el videoartista Miguel Alvear como traductor. Una proyección en la que se paraba el filme, se lo retrocedía, se lo adelantaba y se analizaba en palabras de su propio director, quien dijo que Washed in blue era el mejor de sus filmes para este tipo de proyección educativa, similar a un audiocomentario de un DVD, pero en vivo.
Fennario se sintió avergonzado de que, al iniciar la conferencia, el administrador de la mediateca Augusto San Miguel, Pedro Intriago, no pudiese decir el nombre completo de la charla en varias oportunidades; además, recalcó -hablando siempre en inglés- que aún no es un cineasta renombrado y que con fines educativos esa noche debía ser muy honesto con lo que no le gustaba de su trabajo, aunque sí estuviese lo suficientemente orgulloso para compartirlo.
Intercalando ciertas palabras en español, como gracias y por favor, habló de él, del corto y comentó sobre el rodaje, en determinadas pausas, fast forwards y rewinds.
Aclaró que se escribió en 2006 y en total tomó cuatro años en completarse, ya que el rodaje fue de año y medio para lograr imágenes de las cuatro estaciones que hay en Canadá, la edición de otros 8 o 12 meses y una reescritura de guión para adaptarlo más a lo que se lograba en rodaje, a pesar de que en sus inicios recibió ayuda económica del Gobierno de su país y ganó el concurso Escribe tu corto, sección inglés, cuyo nombre está en francés y él mismo lo calificó de mucho más poético. Al final lo hizo con dinero propio, al haber tenido un mejor trabajo al momento y con ayuda de un productor entusiasta, sin abusar del tiempo del equipo y los actores porque lo hacían gratis y en sus propios tiempos.
En cada pausa se solicitaba que se hicieran preguntas, y así lo hicieron al menos 7 jóvenes que querían saber de la iluminación, el diseño de producción, la selección de locaciones interiores y el trabajo con los actores que, dijo Fennario, eran novios al iniciar el filme, pero rompieron durante el rodaje evidenciando el deterioro en la relación de la pareja protagonista en el corto. Para cada respuesta, el canadiense nativo de la parte francesa del país, Montreal, tuvo una historia cómica o una reflexión básica para el futuro cineasta.