Calla y respira, un libro sobre tortura y dignidad
Hernando Calvo Ospina es un periodista colombiano al que conocí en 2010 cuando visitó Ecuador para presentar su obra Colombia: laboratorio de embrujos. Con un dominio del tema y una visión global de lo que implica el terrorismo de Estado en la historia de su país, Calvo trazó una radiografía que mostraba, sin tapujos, a todos los actores de la violencia colombiana. Y nos prometió más.
Hoy, Calvo está en Quito para presentar, en la Feria Internacional del Libro (FIL), el relato testimonial de unos hechos que marcaron su vida y templaron sus convicciones. Calla y respira es un libro que narra los sucesos que sufrió Hernando Calvo los últimos tres meses del año 1985, algunos en centros clandestinos de tortura y otros en la cárcel de la capital ecuatoriana.
En ese tiempo, Calvo Ospina era un estudiante de periodismo y divulgaba, junto con otros colegas, a través de la revista La Berraquera, las acciones y reivindicaciones de la izquierda. Eran años en que los gobiernos de la región habían recrudecido la represión policial y militar contra grupos insurgentes que nacían como respuesta a regímenes ya alineados a los designios de organismos económicos internacionales y a políticas de control estatal represivas. Eran, en Ecuador, los años del gobierno autoritario de León Febres-Cordero, que no cejó un día de perseguir no solo a quienes consideraba terroristas –eran los primeros tiempos en que el lenguaje para referirse a los subversivos cambió para, precisamente, deslegitimar las luchas de resistencia e insurgencia- sino a opositores de los partidos de izquierda.
DATOS
Conversatorio ’La música, la voz y la lectura’ (Juana Neira). Sala 2 (12:00).
Conferencia Historia del diseño gráfico en Quito (1970-2005) con Gisela Calderón. Sala 1 (15:00).
Presentación Una noche de fiesta en una antigua casa de familia (Alfonso Monsalve). Stand Colombia (16:30).
Cine Fresa y chocolate (Tomás Gutiérrez Alea). Sala de Cine (18:00).
Presentación La criptonita del Sinaí (Miguel A. Chávez). Área de presentaciones (18:00).
La agenda completa de la FIL puede consultarse en culturaypatrimonio.gob.ec.
Nuestros países, poco a poco, sobre todo los del sur de América, habían salido de dictaduras con características diversas; pero el hálito de la represión todavía surcaba la historia latinoamericana y algunos gobiernos, temerosos de que la subversión hiciera carne en la conciencia social de las mayorías, reprimía cualquier sombra de descontento que apareciera.
Hernando Calvo fue detenido sorpresivamente en una calle de Quito un día de septiembre de 1985. ¿El motivo? Se sospechaba que pertenecía a una de las guerrillas colombianas. A partir de allí, el autor relata -de manera cruda y desgarradora- la serie de interrogatorios, torturas y cambios de verdugos y métodos, con los que fue sometido por la policía ecuatoriana para que delatara sus actividades y también a sus posibles cómplices guerrilleros. Y cómo también, enseguida, fue aprehendido un compañero suyo que lo acompañó durante esos meses de encierro y tormentos físicos y psicológicos.
El libro tiene la virtud de que, a pesar de que narra hechos de un terror inaudito, cometidos en celdas clandestinas y con prácticas aberrantes de tortura, que van desde el ataque físico hasta agresiones sexuales veladas, también trasluce hondos trazos de grandeza humana y no disimulado humor.
Y eso se lo debemos a un autor contagiado de los estímulos dicharacheros de la Colombia tropical que lleva en los genes, que instala a lo largo de su testimonio el estilo personal de un hombre que no se amilana ante nada y que siempre mira el futuro con un optimismo superior.
Podría decirse que este es un libro político y también subversivo. Y lo es. Porque da cuenta de un momento particular de la “enfermedad política” de las oligarquías criollas (y su aparato estatal) que reprimían sin dios ni ley a quien osara poner en duda su forma de gobernar y excluir a las mayorías.
Calla y respira desnuda las estructuras policiales en un período clave de la historia regional, cuando determinados miembros -de tales instituciones- fueron entrenados en los métodos más sanguinarios de la represión y la tortura. Los objetivos eran varios: estropear el cuerpo de los subversivos; anular y vaciar la conciencia que habían adquirido en las luchas sociales de sus pueblos; y, desmantelar a sus organizaciones políticas mediante la delación.
El libro da cuenta de unos verdugos -preparados para liquidar el sentido de la lealtad y la rebeldía- que no siempre eran capaces de comprender que la conciencia social puede llegar a proyectar la condición humana por fuera de los circuitos de la miseria del poder.
En eso es aleccionador el libro de Hernando Calvo, pues tantos años después de esos sucesos, él mantiene su coherencia política, y hoy sabe que semejante “prueba” fue un pasaje de aprendizaje y afirmación.
... sin contemplación con quienes alteraban el ‘orden social’ (impuesto por las élites, faltó explicar).Pero también el relato es una muestra de la sinrazón política. Porque nadie actuaba en el Servicio de Investigación Criminal (SIC) -de tan triste recordación en nuestro país- sin la venia del poder político de entonces. En ese entonces se sabía que el ‘febrescorderato’ se jactaba de decir que “a los subversivos se los mata la víspera como a los pavos”, y que no había que tener contemplación con quienes alteraban el “orden social” (impuesto por las élites, les faltó explicar).
Las torturas que describe Hernando Calvo se conocían en los círculos políticos del más alto nivel y eran aprobadas casi con fervor.
Vale la pena leer este libro, que atrapa desde el principio, que no solo es la historia de Hernando Calvo, sino una parte de la historia más triste y sucia del poder político y policial de aquellos años en Ecuador. Un poder que hizo añicos la libertad de resistir y que confundió democracia con represión.
‘POP’ TIENE LA ESENCIA DE EL PRINCIPITO
Hoy, a las 16:30, en el Área de Presentaciones del Centro de Eventos Bicentenario, donde se desarrolla la FIL de Quito 2013, se lanzará el poemario POP y otros escritos del poeta y periodista boliviano Alex Aillón Valverde.
POP y otros escritos es un poemario al que otro escritor boliviano, Claudio Ferrufino, ha calificado como un poema, pero a la vez como una fábula.
Ferrufino ha llegado a comparar a POP con El Principito de Antoine de Saint-Exupery, por llevar en sus páginas “un conglomerado de emociones y pensamientos. Allí donde hallamos dulzura, de pronto encontramos sutileza. Por eso POP es libro para niños sin serlo, igual que El Principito. Reflexión de adulto acerca de la existencia y de niño sobre el mismo tema”.
En la obra, los personajes bien pueden ser ratones, poetas, o minotauros, sicólogos lacanianos y ángeles borrachos.
Según el autor, las historias del libro no se pensaron originalmente para publicarse juntas. Sin embargo, en algún momento, la ilustradora Daniela Peterito (responsable de los dibujos del libro) lo ayudó a ver la imagen del universo que sería en POP.
Aillón es un poeta boliviano que ha trabajado como periodista y crítico de arte y cultura en periódicos de distintos países de América.
Actualmente dirige el suplemento de literatura y cultura Puño y Letra de Correo del Sur (Sucre, Bolivia). Aillón es el autor del libro Para leer al Pato Donald desde la Diferencia.
LA JUSTICIA, MÁS CERCA GRACIAS A LA LITERATURA
El Consejo de la Judicatura, a través de la Escuela de la Función Judicial, presentó las dos primeras obras de la colección Literatura y Justicia.
El diario de un médico Loco, (Leónidas Andreiev); y Un hombre muerto a puntapiés (Pablo Palacio), fueron lanzados el domingo en la Feria Internacional del Libro (FIL) Quito 2013. Tras el lanzamiento, Gustavo Jalkh, presidente del Consejo de la Judicatura, participó en el foro ‘Una aproximación literaria hacia la Justicia’, donde explicó que la terminología jurídica es abstracta y por eso la ciudadanía se ha separado de las nociones sobre el Derecho. “Los jueces, abogados, estudiantes de Derecho deben estar cerca de las personas. En las judicaturas se reciben a diario dramas humanos, que tienen que ser atendidos con una visión humanista del Derecho”, dijo Jalkh, quien agregó: “con el nuevo Código General del Proceso, los casos se resolverán de forma oral, de una manera viva, humana, observando a la gente al rostro”.
Según el escritor y abogado Óscar Vela, “los textos de esta colección reflejan realidades donde se pueden analizar casos jurídicos, resolución de conflictos e investigación”.
La colección está a disposición del público en el estante del Consejo de la Judicatura en la FIL de Quito 2013, que se desarrolla en el Centro de Eventos Bicentenario, hasta el domingo 1 de diciembre. En enero estos libros serán distribuidos con diario EL TELÉGRAFO.