Boyhood, el tiempo como punto de giro

Boyhood –‘Momentos de una vida’ en español- es una película que desafía al tiempo, a la necesidad de una elipsis como estrategia para saltarse los años y a cambio, dejar en primer plano una historia sobre el paso de tiempo en la familia. En la propuesta de Richard Linklater no hizo falta que la producción trabaje meses en un buen casting, consiguiendo actores que encajaran físicamente con los de las primeras escenas. Trabajó con los mismos durante 12 años, una vez por semana sin saber que no solo estaba contando cómo cambia la vida de una familia, sino también las posibilidades que tiene el cine.

El filme de Linklater está nominado en seis categorías de los premios Oscar:Mejor película, Mejor actor de reparto, Mejor dirección, Mejor actriz de reparto, Mejor guión original y Mejor montaje. Sin duda, es una de las nominaciones más personales que han tenido los Oscar, los críticos no se equivocan cuando lo repiten.

En Boyhood, Olivia (Patricia Arquette) es una madre soltera. Está decidida a terminar su carrera universitaria en Psicología para mejorar el estilo de vida de sus dos hijos, Manson (Ellar Coltrane) y Samantha (Lorelei Linklater). Olivia intenta darles la figura de un padre, pero cada hombre con el que avanza en una relación termina siendo el antagonista de la historia. El padre de Mason y Samantha no es exactamente el mejor hombre para completar la figura de padre que busca Olivia para sus hijos pequeños. Es un músico frustrado, bohemio e irresponsable, pero está preocupado por ser padre y amigo de sus hijos y no solo la figura con la que salen a pasear un fin de semana.

En el filme todas las personalidades se van definiendo paulatinamente con los cambios de casa, los inconvenientes de la madre con sus parejas hasta que cada quien va tomando el rumbo de la adultez, el ciclo habitual de la vida. Su personaje principal, Mason, lo evidencia en los rasgos que asume de sus padres.

En Boyhood no hay efectos especiales. A cambio hay un guión que conmueve, cuenta la historia cotidiana de las familias modernas, todo se decanta en la adultez, sin las perfecciones de las princesas de Disney que necesariamente trabajan bajo el principio de llegar al final feliz.

Desde su estreno en  el Festival de la Berlinale, Boyhood fue ovacionada por un público acostumbrado a miradas distantes a las del llamado cine comercial que produce y premia Hollywood. Es una película de culto que además cuenta con 3 Globos de Oro a Mejor película, director y actriz secundaria; Gran Premio FIPRESCI del Festival de San Sebastián a Mejor película del año;el Premio de Círculo de Críticos de Nueva York: Mejor película, director y actriz secundaria. Además, ya se habla del “efecto Boyhood”, documentos que permiten comparar el paso de los años.