Baubo Sacra Danza se plantea desde los riesgos del cuerpo

Tamara Ortega y Sofía Delgado conjugan en sus propuestas ritmos tropicales, danza tribal, el performance japonés del butoh, la acrobacia. “Tratamos de no llevarnos por una sola técnica, intentamos que todo tenga su riesgo, siempre vemos todas las posibilidades porque el cuerpo puede hacerlo todo. También hay que llevarlo a otros riesgos”, dice Ortega.  

Ambas trabajan en la fusión de la danza desde 2010. Ese año empezaron un taller de teatro antropológico con Thamé Teatro de Artesanos. La agrupación había propuesto un material al Ministerio de Cultura para trabajar con personas vinculadas a la labor escénica y becarlas en una serie de capacitaciones.

Juntas, se aproximaron a la danza tribal, desde ahí trabajan una serie de experimentaciones y fusiones con las que se han permitido dedicarse al escenario y a la capacitación.

Baubo Sacra Danza es un proyecto que parte de una investigación antropológica del cuerpo. La intención es “llegar a una conciencia diferente del cuerpo por medio de la respiración, de cosas básicas que debemos saber pero de las cuales no somos conscientes”, resalta Delgado.

A los propósitos de Tamara y Sofía se alinea la mitología de Baubo, la diosa del vientre, para otros la diosa de la obscenidad.

Según la mitología, Baubo era una mujer sin cabeza, “al no tener cabeza te liberas un poco de la conciencia, de la razón, ella hablaba por sus pechos y hablaba por su vagina, entonces es una forma de indagar lo que tenemos dentro, despertar, y plantearle al cuerpo hablar y comunicar desde sus polos, como el útero, los pezones, todo lo que tiene la mujer”, resalta Ortega.  

Estas dos jóvenes están convencidas de la mitología del cuerpo, de que en el vientre está el primer movimiento, uno de los puntos principales de la energía con el que se alcanzan una de las 65 artes que elevan el espíritu.

Desde sus talleres experimentan parte de esas “energías del cuerpo”. En distintos horarios enseñan ritmos tropicales, danza del vientre y hatha yoga.