Azucena Mora se va satisfecha de las tablas

Invisibilizadas en una sociedad opresora y machista, pero soñadoras ante el anhelo de una mejor vida.

Así se presentan los personajes de Mujeres Clandestinas, la obra inédita de El Juglar en la dirección de Augusto Enríquez.

Una comedia en la que cuatro prostitutas conviven en un cuarto de pensión y  exponen sus complejidades.

Azucena Mora, Elvira Carbo, Sandra Pareja y Miriam Murillo protagonizan la historia, en la que el machismo y la violencia se presentan de forma tácita.

“No se muestra el aspecto de ejercer la profesión de prostitutas sino el lado humano. Qué les pasa, si tienen sueños, ilusiones, alegrías o  locuras, frente al anhelo de tener otra vida”, explica Augusto Enríquez.

Sus perfiles tienen matices acogedores al conjugar la fuerza y la soledad en sus discursos.

Durante la trama, estas mujeres construyen una desesperada carrera para ser felices con la esperanza y la ilusión como únicos salvavidas de su mundo hostil.

“Con esta obra hemos hecho un homenaje a Azucena Mora, quien en el rol de  Lola interpreta la fuerza y el dominio”, indica el director.

Este personaje retrata a una mujer, de 60 años, retirada de la prostitución, pero que comparte con sus compañeras de cuarto la cotidianidad de su antiguo oficio.

“Ella es como la madre abadesa, la que opina, ordena y si por alguna circunstancia una de ellas atraviesa una situación, o tiene un mal día, se arma el conflicto”, cuenta Mora.

Detalla que Lola es una mujer que representa a todas las mujeres que trabajan sexualmente, pero que son dominadas y golpeadas por sus maridos.

Esta actriz, que ganó popularidad con el personaje de Petita Pacheco en la serie Tal para cual, de Ecuavisa, se retira de las tablas.

Hizo el anuncio de su retiro a inicios de este año, refiriéndose al cansancio que tiene luego de más de 50 años de trabajar en la actuación sin parar.

Con este último papel asegura que se despide del teatro satisfecha, pues considera que en la actualidad las mujeres gozan de un sitial de respeto y oportunidades.

Sandra Pareja coincide con Mora y dice que las actrices están más posicionadas y con mejores posibilidades de trabajo que un hombre.

“Antes, una mujer que hacía teatro era vista como una chica fácil y rebelde. Ahora podemos ver que en este momento las artistas que trabajan en televisión, en danza o teatro, ya son reconocidas por su público”, sostiene la exintérprete de la “Virola”, en la serie Mis adorables entenados.

En Mujeres Clandestinas, Pareja caracteriza a Rosa. Una mujer, de 36 años, que ya no quiere ser prostituta y desea ser una madre de familia y ama de casa.

Murillo interpreta a Luisa, una trabajadora sexual, de 45 años, que entró a esta profesión luego de la muerte de su hermano, quien la mantenía.

“En su juventud ha sido dominada por su hermano, y ahora esa opresión la vive con Lola, quien ejerce violencia verbal y psicológica sobre ella”, dice la actriz.

Al igual que sus colegas, Murillo piensa que la mujer en el teatro ha avanzado y se ha desarrollado.

Considera que ya no está encasillada en el rol de la seductora ni otros a los que suelen vincularla por su imagen.

“Antes la mujer era solo para mostrar carne, ahora pienso que vamos por buen camino”, sentencia la actriz de la serie televisiva 3 Familias.

El personaje de Dolores está en manos de Elvira Carbo. Interpreta a una viuda, de 50 años, bastante apegada a la doctrina cristiana.

Atraviesa una crisis que la  lleva a conectarse con su fallecido marido, quien al parecer le sigue dando órdenes.

“Ella aún lo obedece y la domina con la religión, pues piensa que el paraíso existe y ese es su vínculo con su marido”, detalla Carbo.

Mujeres Clandestinas tiene su última función hoy, a las 20:30, en la Sala Experimental del Teatro Centro de Arte. (I)