“Avenida Q” le canta de forma mordaz y cómica a la madurez
“¡Qué mierda ser yo!”, cantan los personajes al poner en una cuasi competencia cuál de sus vidas es más miserable. Es que si crecer es un acto complejo, qué decir del tácito proceso de tener que madurar.
Ese es el punto de partida desde el que se construye la obra “Avenida Q”, que de manera irreverente, con títeres, música y al estilo infantil de los Muppets o Plaza Sésamo, se convierte en un ejercicio de reflexión en torno a las peripecias, casi obligadas, que hay que experimentar para cruzar al umbral de la madurez.
El musical, que originalmente fue producido en Broadway y presentado en el Golden Theatre en 2003, ha llegado al tablado ecuatoriano gracias a InCrescendo Producciones, bajo la dirección de Carlos González.
La obra cuenta la historia de Princeton, interpretado por Francisco Arias, un joven recién graduado de la universidad, que al no tener dinero para vivir en un mejor lugar, llega a “Avenida Q”. Lleno de dudas, sueños y anhelos, conoce a sus vecinos que forman un abanico de diversidad.
Está Kate, interpretada por Pamela Cortés, una inocente y dulce chica cuyo sueño es construir una escuela para monstruos; el optimista conserje de raza negra Gary Coleman (Mariela Nazareno), Rod (Francisco Arias), un ejecutivo gay que no se atreve a mostrar su identidad sexual, o Lucy The Slut (Cortés), quien es prostituta, entre otros personajes.
La comicidad de la obra no deja quieta la risa del público en ningún momento. Temas como el racismo, el desempleo, las relaciones amorosas, la pornografía y la homosexualidad se tocan de manera punzante, sin ningún tipo de absolutos ni hipocrecía solapada.
Pero más allá de esos tópicos que resultarían polémicos, este musical apela a ciertos cuestionamientos o reflexiones inherentes a la condición humana: la búsqueda de su identidad, el propósito en la vida y el reconocimiento del otro.
Por eso, en medio de tantas carcajadas, “Avenida Q” también conmueve. Hay escenas del musical en las que se reaviva esa nostalgia pura y un tanto ‘quimérica’ de querer volver a la escuela, la frustración de no encontrar un lugar de pertenencia, la soledad que generan las angustias diarias o tan solo la falta de un otro.
Para los personajes de esta obra, madurar se convierte en una aventura sin regreso posible y sin final pautado.
Las lecciones de vida que plantea “Avenida Q” no se convierten en consejos moralistas, más bien invitan a la introspección para reírse de uno mismo y, por qué no, de los demás.
‘Schadenfreude’, título de una de las canciones del musical, que significa burlarse de la desgracia del otro, engloba gran parte de la obra. Y es una burla de doble vía, inocente y satírica a la vez.
“El público debe saber qué es lo que va a ver”, recalca Pamela Cortés. “Avenida Q”, si bien se advierte que no es para menores de 16 años, no está dirigida a mentes de formato cerrado, tampoco a quienes una canción tras otra llegase a hartar.
El trabajo musical que hay detrás de la versión ecuatoriana de “Avenida Q” se lleva a cabo gracias al director de la Orquesta Sinfónica de Guayaquil, David Harutyunyan.
Lograr el ensamble de las voces también comprende uno de los puntos fuertes de esta producción. La profunda voz de Mariella Nazareno no pasa desapercibida.
O, por ejemplo, Pamela Cortés alcanza altos rangos de manera limpia y prolija, sin dejar de interpretar en ningún momento la voz inocente de su personaje Kate.
Si bien los títeres con sus respectivas voces son el foco de atención de la puesta en escena, las interpretaciones y movimientos faciales de los actores complementan de manera directa la historia.
Un guiño, una mirada inocente o una expresión de frustración de los artistas avivan los rostros inanimados de las marionetas. En ese sentido, Francisco Arias compagina perfectamente el oficio de actor y titiritero.
El mordaz sentido del humor de los diálogos, combinados con canciones como “Si tú fuera gay” o “El internet es para ver porno”, construyen una historia que de manera pertinente ganó varios Premios Tony en 2004.
Esta noche se realizará la última función de la obra, a las 19:30, en el Teatro Sánchez Aguilar.
Las entradas cuestan $ 30, $ 45 y $ 65.
DATOS
El elenco de la versión ecuatoriana de “Avenida Q” está conformado por Francisco Arias (Princeton y Rod), Pamela Cortés (Lucy y Kate), Alex Cisneros (Brian), Ernesto Haensel (Nicky, Trekkie Monster y Oso de las Malas Ideas), Aurora Feliú (Nicky, Trekkie Monster y Oso de las Malas Ideas), Mariela Nazareno (Gary Coleman ) y David Noboa (Ricky y Chico Nuevo).
La Dirección Musical la realizó David Harutyunyan y la Dirección de Títeres la llevó a caboDaniel Alcoleas. Del coaching vocal se encargó María Terteryan.
La obra se presentó en Quito, del 16 al 18 de mayo, en el Teatro Nacional Sucre