Durante el último siglo se ha discutido si la muerte de Atahualpa, uno de los íconos del Imperio Inca, fue el 26 o el 29 de agosto de 1533. El historiador Luis Andrade Reimers, en cambio, sostiene en su obra ‘Hacia la verdadera historia’, que Atahualpa fue ejecutado en Cajamarca, norte de Perú, el 26 de julio de 1533.Lo mismo afirma Jorge Salvador Lara en su ‘Breve Historia Contemporánea del Ecuador’.

La afirmación de los historiadores sobre la muerte de Atahualpa producida el 26 de agosto se ha replicado en plataformas digitales, así como la creencia de que nació en el Cusco, cuando hay historiadores y libros educativos que afirman que su lugar de nacimiento fue Quito y que su muerte se produjo el 29 de agosto de 1533.

Para el historiador y biógrafo ecuatoriano Rodolfo Pérez Pimentel, la muerte del inca se habría producido en julio, y que 1497 fue el año de su nacimiento, no 1500. Hay quienes afirman que su nacimiento fue en Imbabura en 1501. A pesar del enredo que originan estas discusiones históricas, la figura de Atahualpa se sostiene como parte de la lucha y la resistencia indígena por la forma de su muerte y lo que significó para el Imperio Inca.

Atahualpa gobernó desde Colombia hasta Chile toda la parte andina, el gran imperio del Sol Tawa cuatro, Inti Sol, Suyu, Región, Chinchasuyu, Collasuyu, Antisuyu, Contisuyu, ‘Pueblos originarios del norte, sur, este, y oeste’, del universo andino conocido.

Tomó el mando de todo el imperio a los 20 años, y fue rey 13 años, hasta que llegaron los españoles, entre ellos Francisco Pizarro, Benalcázar y el Cura Valverde. Estos lo toman prisionero, teniendo como principal objetivo apropiarse del oro que custodiaba y que para los pueblos originarios no tenía un valor económico sino espiritual.

Entonces, Atahualpa fue trasladado prisionero a Cajamarca, en donde estuvo preso hasta que se pague un rescate en oro por él. La solicitud era entregar más de 20 mil toneladas del mineral.

En las Crónicas de Indias, este rescate sería el más caro de la humanidad. Aún así, Atahualpa fue asesinado y torturado. Según los registros de los cronistas, fue ahorcado lentamente.

Los registros astronómicos de los sabios astrólogos del incario indican que cuando muere Atahualpa se produce un tutallarka caupi punchaka (‘anocheció a mediodía’), es decir que se produjo un eclipse solar que sumió en la desesperación y el miedo a sus vasallos, los que veían cómo moría el Sol.

Según las mismas tradiciones cósmicas, el Hijo del Sol fallecía, pero el Sol volvía a ganarle a la oscuridad y emergía entre las sombras un nuevo comienzo, Pachacutik. Empezaba todo y la rebelión contra la conquista española se erigía como imperiosa necesidad de mantener la cultura, la tradición, la vida misma de un pueblo que veía en su emperador la imagen del Sol. La muerte de Atahualpa se conmemorará mañana a las 11:00 en el Templo del Sol, en el volcán Pululahua.