¡Arrepentíos!
Esta Semana de Pasión que finaliza dizque fue aprovechada por los Contreras para arrepentirse de calumnias, quejas, acusaciones gratuitas y boludeces varias. Y luego, como manda la Santa Madre, hacer los correspondientes Actos de Penitencia, merecer el Perdón de los Pecados después del correspondiente Acto de Contrición y la Confesión de Boca porque al Propósito de la Enmienda y a la Satisfacción de Obra no llegan. Más bien harán lo que sea para repetirlos a partir de la siguiente Semana de Gloria porque «vaca ladrona no olvida la entrada» y «aunque la mona se vista de seda, mona se queda». Aparte de que para algunos hay que calumniar porque «de la calumnia algo queda». Pero de todos modos, los arrepentimientos menudearon, según nos informaron fuentes de improbable fidelidad.
La primera que pensamos caería contrita y arrepentida de sus numerosas gracias sin gracia fue la del sombrerito, pero ya le aseguró a un diario que no tiene nada de qué arrepentirse porque es buenita y que nunca pide perdón porque nunca se equivoca. Es que aprovechando esta Semana Mayor, cambió la diarrea verbal por disentería cerebral pues cuando la mente no produce ideas la lengua vomita pendejadas. Al ladito estaba el Montúfar, que hace rato cambió el look por uno más tradicional para estar a tono con la seriedad que impera por los lados derechosos. Él se arrepiente de todo y pide perdón a diario. Ojalá le sirva de algo en buena conciencia porque en votos parece que no hay respuesta de arriba. Ni de ningún lado.
Del Vera, pues hace rato no asoma porque los palos de indiferencia que le han llovido lo han de tener con el ego magullado. Debió de haber aprovechado la semana para recapitular. Algo ha de estar tramando para recuperar el ego revuelto porque “cuando el diablo no tiene oficio mata moscas con el rabo» y el «corazón codicioso no tiene reposo». Y del Montalvito de a luca del Universo, tampoco hay que esperar contrición ni arrepentimiento. Como está atornillado por la patronal y protegido por el gremio, se considera inmune, impune, impenitente e incorregible, aunque a la final resulte no más inmamable. Tampoco se le puede pedir mucho porque «de donde nada hay, nada se saca».
Del Avarito ni se sabe. Ha de estar juntando denarios para ver como pagar impuestos atrasados. Como no alcanzó a tiempo a comprar la Presidencia y declararse a sí mismo exonerado de tributos, tal vez ha empezado a ahorrar para no tener que emigrar a donde sus amigos los Rockefeller, no sea que lo desconozcan. Porque como ha venido de tropezón en caída y «de árbol caído todos hacen leña», ha de estar «más preocupado que cucaracha en baile de gallinas».
Y hablando de tropezones, el de los cachetes tampoco suena. Es que como le recortaron la nariz, ya ni eso puede. El pobre. Pero es cosa de paciencia. En cuanto le arrimen un micrófono y logre abrir la boca, ¡zas! Recupera 3 centímetros. El cirujano plástico tiene cliente fijo. Y la Peinadita. ¿Se habrá arrepentido de algo? Dicen que ni de haber acompañado al Fantasma y al Banquero Marrullero el día de los crespones. Y además parece que ya no le quedan lágrimas ni para el arrepentimiento. Con lo que las ha derramado todas por la pérdida del ATPDEA y la lejanía del TLC.
El Cientista no sabemos si hizo actos de contrición o propósitos enmendativos. Pero ha de haber estado en el arrastre de caudas. Y en la procesión del Señor Caído. Eso le recuerda cosas. Y lo más seguro es que hoy se le vea en la del Resucitado. Por si acaso. Es que como se dice que a la derecha no hay ni quien, y ni siquiera en el centro, pues a lo mejor a alguien se le ocurre revivirlo. Una de adrenalina directo al reloj y tal vez respire de nuevo. Con lo que en política no hay cadáveres sino comatosos. Y si no vean al Delfín. Siempre en coma y siempre sonando. Es que como «el que no tiene más con su mujer se acuesta», pues los medereros exguerrerosos todavía creen que sopla.
Esta Semana Santa ha estado llena de arrepentidos de un minuto. Pero no nos preocupemos. Mañana lunes de Gloria seguirán en las mismas. Para que no falte el tema.