Arellano falleció en la ciudad de sus versos
El poeta y ensayista mexicano Luis Alberto Arellano (1976-2016) falleció la noche del jueves pasado, a los 40 años, en Querétaro, su ciudad, debido a complicaciones cardiorrespiratorias, según informó ayer el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) de México.
La poeta Maricela Guerrero explicó -al Instituto, en declaraciones recogidas por el portal web tribunanoticias.mx- que Arellano ingresó a un hospital del Seguro Social de la ciudad de Querétaro y, después de una semana en terapia intensiva, falleció a las 18:00 del 15 de diciembre.
“Quiero destacar su generosidad en todos los sentidos, su trabajo como traductor y crítico de la literatura nacional. Su tesis de doctorado es muy valiosa (...) y su trabajo como formador de nuevas generaciones es importantísimo a través del seminario de creación literaria en Querétaro”, dijo Guerrero.
El autor fundó Crótalo Revista Literaria y fue coeditor de la editorial Sangremal. Además, recibió la beca del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (Fonca), donde entabló una amistad con el también poeta Hernán Bravo Varela, en el período 2008-2009.
“Desde siempre me llamó la atención su enorme generosidad, su calor humano, su inteligencia chispeante, aguda, socarrona, lúdica y parte de todo eso está reflejado en su poesía”, dijo Bravo Varela en el INBA. Arellano integraba el consejo editorial de Mantis Editores y una pléyade de poetas nacidos en la década de 1970. En los sesenta nacieron exponentes comparables al autor fallecido, como Ángel Ortuño y José Eugenio Sánchez, pero fue junto con otros poetas contemporáneos a él, como Rodrigo Flores Sánchez o Maricela Guerrero, que compuso parte de una serie de estrategias y nuevas tradiciones de la ruptura en la poesía mexicana actual.
“Nunca dejó de experimentar con distintas hablas, con asuntos, incluso de estricta y aburrida semiótica que terminaba por convertirlos en deliciosos, extraños y portentosos mecanismos de juguetería pero también de terrorismo verbal”, agregó Bravo Varela.
Los poemas, traducciones y ensayos de Luis Alberto Arellano aparecieron en una veintena de revistas y periódicos hispanoamericanos, entre ellos, Alforja, La Siega (Universidad de Barcelona), Los Amigos de lo Ajeno (Costa Rica), Nitro, Revuelta y Serie Alfa (Valencia). Entre la obra poética publicada del autor están: Nómina de huesos (2001), La doctrina del fuego (2002), Erradumbre (2003), De pájaros raíces el deseo/D’oiseaux racines le désir (edición bilingüe, 2006) y Plexo (2011).
También escribió la antología de ensayo El hacha puesta en la raíz (2006), así como en las antologías de poesía Esos que no hablan pero están (2003) y El país del ruido/Le pays sonore, Écrits des Forges (2008).
En ‘Escrito con ceniza’, poema publicado en el libro Plexo, dejó los versos:
“Así que estas líneas
no tienen ningún mensaje oculto
ni nada que se le parezca
aunque haya quien / lleno de esperanza /
afirme lo contrario”. (I)