Antígona es la vocera de los antidictadura
Sillas golpeando contra el piso, enfrascando la furia de una veintena de mujeres. Madres, hermanas, esposas, hijas: todas expresándose a través de gritos desesperados tejidos de dolor e indignación. Así es “Antígona Oriental”, una producción del Goethe-Institut Uruguay que narra de manera estética, pero dramática, el sufrimiento de los familiares que fueron víctimas de la dictadura uruguaya. La escena fue expuesta al público el reciente domingo, en el Teatro Nacional Sucre, en Quito.
La audiencia, ávida de emociones y textos pulidos y realistas, pareció disfrutar su participación en un interesante montaje. A partir de la tragedia griega “Antígona”, de Sófocles, y con testimonios de ex presas políticas, hijas y exiliadas de la dictadura militar uruguaya, surge “Antígona Oriental”, obra que se completa con la intervención de la dramaturga uruguaya Marianella Morena, que trabajó bajo la dirección del connotado Volker Lösch.
El proyecto, producido por el Goethe-Institut Uruguay, presentó a los espectadores que residen en Quito varios ángulos dramáticos que impactaban con sus imágenes sensoriales: “Somos mujeres. No podemos luchar contra hombres”. “Hay viejas que lloran los huesos de sus hijos”. “...fue el pueblo que dijo que no quería recordar...”. Una serie de fragmentos que narran las consecuencias sufridas por las personas que se revelaron contra el gobierno de aquella época, de los ciudadanos representantes de sectores sociales críticos (ex presos, desocupados, habitantes de zonas desfavorecidas), buscando provocar un diálogo directo entre la realidad y la representación teatral.
La pieza escénica, no solo se encontró marcada por los recuerdos tristes y lúgubres de las mujeres, también se enfocó en integrar narraciones a través de un coro femenino para apoyar la lucha de Antígona, la mujer que emprende la pelea contra la injusticia del régimen. “Tus leyes no son dignas, ni justas. Yo obedezco a las leyes que existieron desde siempre”, gritó una activista/actriz en medio del público, que nunca abandonó su rostro de sorpresa ante el despliegue sincronizado de los cuerpos acompañados de diálogos desgarradores.
“Antígona Oriental” logra contar parte de la historia reciente no solo de Uruguay, sino de muchos países de América Latina que han sufrido los abusos de algún régimen. Por ejemplo, eso también se vivió en Chile y en Argentina”, comentó Cristina Rivas, una de las asistentes.
Esa fue la intención de Mariángela Giaimo, una de las colaboradoras de la obra, quien previo a la representación investigó y ejecutó un proceso de reescritura y recomposición del mito de Antígona. El trabajo no solo emula trazos de tragedia y es muestra de un teatro testimonial, sino que también logró exponer el mito griego tratado por Sófocles a uno de los conflictos de la sociedad uruguaya de hoy y lo hace desde la óptica de una estética provocadora que no deja de cuestionar y abrir la escena a todos los diálogos posibles.
El numeroso equipo de esta producción, en la que la impronta de Lösch se orienta hacia la supremacía de lo colectivo sobre el trabajo individual, se completa con la participación de artistas como Paula Villalba (vestuario y escenografía), Martín Blanchett (iluminación), Carolina Besuievski, Rafael Antognazza y destacados actores jóvenes, que “apuntalaron” el coraje engendrado en aquella época.