América Latina brilló en la Berlinale y espera la premiación
De un volcán en Guatemala a las aventuras de Eisenstein en México, pasando por dos filmes de Chile que también aspiran al Oso de Oro, América Latina tuvo una fuerte presencia en la 65ª edición de la Berlinale y puede figurar el sábado en algún lugar del palmarés.
En total, 19 películas compitieron en el Festival internacional de cine de Berlín, incluyendo propuestas de cineastas consagrados como Werner Herzog, Peter Greenaway o Terrence Melick que sin embargo no colmaron todas las expectativas.
Tras los últimos estrenos el viernes de dos películas de Vietnam y Japón, toca ahora definir la competencia a un jurado presidido por el norteamericano Darren Aronofsky e integrado entre otros por la cineasta peruana Claudia Llosa, que anunciará su veredicto el sábado.
Pero más allá de un palmarés difícil de anticipar en un festival en el que compiten consagrados y nuevas figuras, puede decirse que la consolidación de Chile como polo cinematográfico regional en América Latina es un hecho incuestionable.
"Estamos trabajando y comunicando bien", arriesgó a modo de explicación el chileno Pablo Larraín. "Hemos aprendido de los argentinos, los brasileños y los mexicanos".
El realizador de 38 años, lanzado a la fama en 2008 con Tony Manero (2008) y nominado al Oscar en 2013 con No, sorprendió en Berlín con El Club, un filme que desnuda los mecanismos de encubrimiento de curas pedófilos por la Iglesia católica.
La película figura entre las cinco mejor calificadas de la Berlinale por la revista Screen, que recopila a la crítica internacional, y por el diario berlinés Der Tagesspiegel, que hace lo propio con la opinión de los principales periodistas especializados alemanes.
También fue bien recibida El botón de nácar, documental del veterano Patricio Guzmán La batalla de Chile, que incluye espectaculares paisajes de la Patagonia y denuncia el genocidio de los indígenas y los crímenes de la dictadura de Pinochet.
Según Larraín, el destaque chileno responde "al talento de mucha gente y al hecho de que trabajamos muy duro y estamos organizados".
La tercera película latinoamericana en competencia vino --por primera vez en la historia de la Berlinale-- de Guatemala. Ixcanul, ópera prima del director de 37 años Jayro Bustamante sobre la dificultad de ser mujer e indígena, fue muy aplaudida en el estreno.
Política y sorpresas
De la mano del veterano realizador británico Peter Greenaway, México estuvo presente en el despliegue visual de Eisenstein en Guanajuato, una interpretación libre sobre las aventuras en ese país del genio ruso pionero del montaje, interpretado por el finlandés Elmer Back.
Nacido en la posguerra, el Festival de Berlín reserva a menudo protagonismo a la política, incluyendo a la hora de repartir los codiciados Osos de Oro y Plata.
La película Taxi del disidente iraní Jafar Panahi --ausente del evento porque tiene prohibido por el régimen salir de su país-- muestra la vida cotidiana en Teherán comentada por los pasajeros anónimos que suben al auto del realizador mimetizado en taxista.
La actualidad del conflicto ucraniano podría jugar a favor de la película rusa de Alexey German Under electric clouds (Bajo nubes eléctricas), que explora la política y la cultura de Rusia, en un mundo al borde de una guerra mundial en 2017.
La película mejor calificada por la crítica alemana fue 45 años, del británico Andrew Haigh, un drama intimista sobre una matrimonio que lleva ese tiempo de casados, protagonizada por Charlotte Rampling, que terminó opacando el día del estreno --y quién sabe también en el palmarés-- a Nicole Kidman, la Reina del desierto del alemán Werner Herzog, que no convenció.
También decepcionaron los filmes de Terrence Malick Caballero de Copas sobre la vacuidad de los famosos de Hollywood y el drama polar Nadie quiere la noche de la española Isabel Coixet, con Juliette Binoche.
El único que tiene el Oso de Oro asegurado es el alemán Wim Wenders, otorgado por el conjunto de la obra del director de Las alas del deseo y que presentó fuera de competencia Todo va a salir bien, un drama de introspección sobre el duelo y la culpa.
Además de los Osos, el festival otorga desde 2006 un premio especial a un primer largometraje y que abarca a las películas presentadas en secciones paralelas del festival Forum, Panorama y Generation.
De América Latina aspiran a ese premio, además de Ixcanul, la mexicana 600 millas de Gabriel Ripstein sobre el contrabando de armas entre Estados Unidos y México, y la brasileña Beira-Mar, de Filipe Matzembacher y Marcio Reolon, una ficción con toques autobiográficos sobre el despertar homosexual de dos adolescentes. También concursa por ese premio El complejo del dinero del español Juan Rodrigáñez.