Alok Vaid-Menon, los lenguajes imposibles
Al encontrarnos con figuras como Alok Vaid-Menon, los límites del lenguaje se hacen visibles y surge la necesidad de irrespetar la sintaxis y la gramática. Para hablar de Vaid-Menon hay que hablar de “ellos”. Así se refiere el activista y poeta indoamericano para hablar de sí mismos.
“Ellos” se rehúsan a ser encasillados en categorías de género; se sienten cómodos vistiéndose con shorts, botas vaqueras, los labios pintados, faldas y tacones de plataforma. En una entrevista con las fundadoras del proyecto StyleLikeU, en el que diferentes personalidades son invitadas a responder preguntas personales mientras se desnudan frente a la cámara, Alok afirma: “soy ambos; una mujer y un hombre y, al mismo tiempo, no soy ni una mujer ni un hombre.”
La obra de Vaid-Menon no se separa de su figura pública y privada, sino que se nutre de ellas. Los artistas utilizan su figura, su cuerpo y su experiencia personal como inspiración en la literatura.
Vaid-Menon entiende la literatura como un arma política y, como muy pocos escritores, se aprovecha de los nuevos medios y las redes sociales para publicar sus escritos y pensamientos.
Con más de 128.000 seguidores en Instagram, las palabras e imágenes de los artistas resuenan en todos los rincones del mundo. Y aunque si bien es cierto que Vaid-Menon no son los únicos de su generación que han transformado las redes sociales en medios de publicación literaria, también es cierto que la propuesta de género y de escritura feminista de los artistas se ubica al margen de los discursos contemporáneos.
Otras personalidades reconocidas por su trabajo poético de índole feminista, como la indocanadiense Rupi Kaur, que tiene más de 2,9 millones de seguidores en sus redes sociales, también han construido su carrera escribiendo en un lenguaje poético que desafía los estándares literarios elitistas.
Sin embargo, a diferencia de Kaur, el lenguaje de Vaid-Menon es revolucionario dentro y fuera de diferentes discursos queer y de género pues su propuesta está más enfocada en responsabilizar al mundo —es decir, al completo entramado de relaciones políticas y sociales, y a las diversas prácticas de orden de la sociedad civil— por la opresión de los cuerpos no heteronormativos, que en simplemente elogiar dichos cuerpos como lo hace Kaur.
En el discurso de Vaid-Menon el mundo es el que debe cambiar y no el cuerpo individual el que debe excusarse, explicarse, elogiarse y/o abrirse espacios para vivir dentro de la Tierra.
Aunque las variables dependan una de la otra, en el discurso de Vaid-Menon, el cambio, el verdadero cambio, debe suceder a un nivel estructural y no tanto personal, pues el cuerpo y el ser, tal y como son, ya son perfectos.
“Yo me siento afuera de las categorías y creo que la gente me mira y me ve como un fracaso… Pero sé que yo no nací en un cuerpo equivocado, nací en un mundo equivocado”, dice el artista.
La escritura de Vaid-Menon es desestabilizante. Su trabajo poético nace del encuentro entre la poesía, la narrativa, el relato oral y el pensamiento académico. En uno de sus poemas publicados en su página de Facebook, Vaid-Menon se pregunta: “¿Tienen las mujeres trans y tranfemeninas una utilidad más allá de nuestras estéticas? ¿O existimos simplemente para ser reducidas a símbolos y metáforas para la inspiración y transcendencia de otras personas?”.
Estos versos, los cuales ganan en fuerza y emoción cuando son recitados de boca de los artistas en alguna de las muchas presentaciones de slampoetry o spokenpoetry a las que son invitados alrededor del mundo, nos hacen preguntarnos por el potencial político de la poesía y por la necesidad actual de escribir en un lenguaje directo y de desvestir al arte de metáforas para hacer de este un arma, una navaja.
Este juego de los artistas, de poner la investigación académica y el estudio social en función de la poesía y la literatura, también se ve reflejado en la metodología y contenido de los talleres que Vaid-Menon dicta en su paso por las capitales del mundo.
En una visita a Berlín, los poetas dictaron un taller titulado “Sentimientos”, en el que se discutía con los participantes el rol del sentir y la intimidad en contextos sociales, de nivel tanto político como personal.
“Creo que las cosas más complejas del mundo pueden ser reducidas a elementos sencillos como poder decir “estoy celosa, herida y triste”. Empecé hace dos años a dictar este taller porque estábamos hartos de que al hablar de análisis políticos dejáramos a un lado las emociones. Empecé a ver que cada activista y artista que conocía podía hablar conmigo, de manera muy elocuente, acerca del estado actual del mundo, pero no podía hacerlo de la misma manera cuando hablaba por ejemplo de su expareja. Encuentro ese comportamiento preocupante. Solo nos volveremos más fuertes si abrazamos las emociones y los sentimientos”, dijo el artista. Hablar de lo personal como un acto político y de la intimidad como base fundamental de la democracia es el trabajo de Vaid-Menon: contarle al mundo cómo el hecho de que su abuela hindú no sonría en las fotos familiares es un acto sutil pero no invisible, de resistencia femenina, una expresión de rabia que al romper una foto, rompe la estructura del mundo que conocemos. (I)