La ópera prima del cineasta es una coproducción entre ecuador y francia
Alfredo Mora Manzano dirige Silverfish, una metáfora personal (Video)
Silverfish, o pececillo de plata, es un insecto que se esparce con la humedad en las esquinas de Quito. Huye de la luz y su piel muda cuatro veces hasta convertirse en plateada. En ese tono adquiere su nombre y se reafirma su adultez.
Para Alfredo Mora Manzano, Silverfish es una metáfora de su vida. Estuvo a punto de casarse y llegar a esa etapa de la adultez, pasar por esa muda de piel dolorosa, pero no pudo concluir la transformación. Está por llegar a los 40 y en su departamento vacío los pececillos de plata se han convertido en sus acompañantes y el nombre de su ópera prima.
Silverfish es una coproducción entre la República Invisible -productora que dirigen los hermanos Mora Manzano e Isabel Carrasco- y SaNoSi Productions de Francia. El acuerdo entre ambas productoras se firmó en mayo de 2014, en el marco del Festival de Cannes. Actualmente se rueda en locaciones de Guayaquil, Quito y París y prevé hacerlo dos meses más. La expectativa es terminar el rodaje este año e iniciar la posproducción al cabo de dos meses.
Alfredo Mora Manzano explora con Silverfish el género documental personal e intenta rebasar los límites del lenguaje entre la ficción y la realidad con la implementación de escenas que como director plantea y en las cuales se involucra.
El filme tiene como eje narrativo la procrastinación. “Todos tenemos en la vida algo que no hemos terminado”, dijo el cineasta en entrevista con el Consejo Nacional de Cine, luego de que este ente le entregara los resultados de los ganadores de Fondos de Fomento 2014, entre los que se incluyó. Mora Manzano utiliza como eje los proyectos inacabados para contar su propia historia. Hace una reflexión personal y la torna en generacional a través de sus amigos.
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El director apunta a resolver su duda respecto a la similitud entre sus circunstancias y las de sus amigos. Y es que desde la misma ciudad, Guayaquil, todos están por cumplir 40 y seguir solteros. “La ciudad se convierte entonces en el trasfondo de lo que todos vivimos (...) y yo no sé si la ciudad sea la que hace de cierta manera que mis amigos y yo seamos así”, dijo el director en entrevista con este diario.
Pero la historia de Mora Manzano no es una tragedia. La lógica de la historia se acopla a lo que diría Woody Allen: La comedia es tragedia más el tiempo.
Silverfish se inserta en la tendencia de cineastas locales:el cine de autor. Para Mora Manzano, el trabajo del cine de autor, tal como reconoce a Silverfish, el cine familiar o personal tiene posibilidades de que un público se vea reflejado con lo que ve en pantalla, y más si es una historia real.
“Yo quiero que mucha gente vea la película y eso no significa que voy a cambiar mi concepto personal de lo que quiero mostrar... Por el contrario. Creo que hay algunas películas ecuatorianas que han cometido el error de cambiar un poco su visión para atraer la audiencia.Si nos vamos a enfrentar a un panorama en el cual poca gente va a ver películas nacionales ya no tenemos que tener ningún límite respecto a qué es lo que queremos mostrar”, dijo Alfredo Mora Manzano.
Para el director de Silverfish los problemas por los que atraviesa el cine nacional en términos de audiencia están relacionados con varios factores. Considera que hay un error en creer que la baja audiencia es consecuencia de la calidad de las películas. “Una cinematografía nacional no se puede dar sin la regulación del mercado local. Con la regulación del mercado del cine es con lo cual se construye una cinematografía nacional”, manifestó el cineasta.