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Eduardo Sacheri fue ganador del certamen que cumple su edición XIX

Alfaguara premia una ficción sobre desposeídos

El autor de La noche de la usina vive en Castelar, suburbio de la provincia de Buenos Aires, donde nació.
El autor de La noche de la usina vive en Castelar, suburbio de la provincia de Buenos Aires, donde nació.
Tomado de defutbolsomos.com
06 de abril de 2016 - 00:00 - Redacción Cultura

Antes de que el escritor Eduardo Sacheri conociera el veredicto del jurado que ayer lo proclamó ganador del XIX Premio Alfaguara de Novela, ponía en claro -a través de una conferencia vía telefónica, desde Buenos Aires- cuál era el género de la obra galardonada.

La noche de la usina es “un policial entre comillas”, una historia no relacionada con un crimen, homicidio, sino con un robo en medio de la crisis económica que padeció la Argentina a inicios de siglo (el corralito). “El policial tiene una serie de engranajes lógicos que van llevando al lector de una estación a otra, de manera muy restringida, exigente porque debe haber un mecanismo de relojería, si este no funciona, hace que la historia pierda verosimilitud y el lector pierda interés”.

El corralito bancario es el nombre argentino de todas las consecuencias que provoca la limitación gubernamental impuesta a la libertad para disponer de los fondos depositados en las entidades financieras por parte de sus titulares, pese a sus necesidades. Los sinónimos ecuatorianos de este fenómeno de la economía son más hiperbólicos (salvataje, feriado bancario) y menos realistas que los relatos de ficción que, sobre el tema, se han producido en el país de Sacheri.

La noche de la usina narra la historia de una venganza colectiva llevada a cabo durante una noche legendaria (neoliberal) que quedará en el recuerdo. En 2001, en un pueblo perdido de la provincia de Buenos Aires -como Castelar, donde nació el autor-, un grupo de hombres se propone reunir la suma de dinero necesaria para adquirir unos silos abandonados en un predio agroindustrial. Pero antes de llevar el proyecto a cabo, una estafa los hace tocar fondo y reaccionar ante la injusticia, ante la inminente impunidad del atraco del que fueron víctimas: tratarán de robarle al ladrón, como reprimenda.

Se trata de una “novela coral, ágil y emotiva, con muchos ingredientes de lo mejor del thriller y el western. Pampa y política, tiempos muertos de vida cotidiana y diálogos muy vivos, con un trasfondo crítico lleno de suspenso en el que la rabia fecunda es compatible con el humor más fresco”, coincidía el jurado que, en esta edición del Alfaguara, estuvo presidido por la escritora y académica Carme Riera y compuesto por Michi Strausfeld, Carlos Zanón, Sara Mesa, Mercedes Corbillón y Pilar Reyes (con voz, pero sin voto).

Lo de western podría estar vinculado al uso de La Pampa como escenario, algo que distingue la obra de Sacheri de otras novelas que tocan el mismo tema. Al ser preguntado sobre este propósito, el autor de El secreto de sus ojos expresó que la escala en la que se siente cómodo, escribiendo, es la del suburbio en que se crió. “Uno que se parece más a un pueblo que a la gran ciudad, de hecho sigo viviendo allí y sigo teniendo ese marco de referencia”.

Más allá del thriller

A Sacheri ya le han endilgado el lugar común que parece explicar toda la literatura: el hecho de tejer historias con la fibra de sensaciones universales a través de situaciones locales. ¿A qué se debe esa destreza?, la respuesta del autor es modesta, como su reacción ante el premio: “(el de lo rural) es, a duras penas, el único mundo que conozco y que soy capaz de contar”.

En cuanto al tono de la novela -que a veces suele estar determinado por la música que escucha el autor o por la poesía que lee-, Sacheri -quien también es guionista- cree que posee una influencia visual. “Tengo una construcción muy visual de mi literatura: las inmensidades estaban presentes en mi imaginación mientras escribía la novela y, quizás, están en esas páginas”. El método de Sachieri, comentó, fue un rodaje literal: viajo en auto “para llenarme los ojos de ese horizonte interminable”.

La música clásica puebla sus horas de quietud más que la tradicional, esto por enseñanza de su madre, dijo el autor. Frente a la crisis, que fertilizó la historia que destaca Alfaguara, el editor y escritor argentino Marcos Almada no duda en decir que es un hecho, un recuerdo cuyo interés estriba en que “le robaron mucha plata a la gente. Es un tema de mucha sensibilidad”. Eduardo Sacheri se une a una lista de ganadores que incluye a autores como Elena Poniatowska, Tomás Eloy Martínez, Laura Restrepo, Clara Sánchez, Santiago Roncagliolo y Andrés Neuman. (F)

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