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Alerta etimológica del Cotopaxi

Alerta etimológica del Cotopaxi
25 de noviembre de 2015 - 00:00 - Simeon Floyd. Prometeo-Senescyt Coordinación Zonal 1/2

El volcán Cotopaxi ha entrado en un nuevo periodo de actividad, y estamos en alerta. Observadores a través de los siglos han descrito ciclos de despertar y volver a dormir de este gran ‘Apu’, como se llama a las poderosas personalidades de las cumbres andinas en el quechua del Perú. Un dato que ha permanecido misterioso a través del tiempo es el origen del nombre ‘Cotopaxi’, aunque hay muchas propuestas especulativas. Una de las más repetidas es que Cotopaxi significa ‘cuello de la luna’, que muchas fuentes además atribuyen al quichua, como variante ecuatoriano de la familia lingüística quechua. Este origen, sin embargo, no puede ser correcto, porque en quichua ‘cuello de la luna’ se diría ‘killa kunka’, frase que en nada se parece a la palabra ‘Cotopaxi’. ¿Es posible saber su verdadero origen?

Podemos empezar con el cientista francés Charles-Marie de La Condamine, quien dijo en 1738 que Cotopaxi significa ‘masa brillante’ en la ‘lengua de los incas’ (aunque ya fue dicho, esto no es totalmente cierto). Más tarde, en 1919, Jacinto Jijón y Caamaño, el distinguido filólogo que hizo estudios formativos sobre los idiomas indígenas del Ecuador, propone que la palabra Cotopaxi viene del idioma aymara, y quiere decir ‘montón’ (’coto’) del ‘alumbrar de la luna’ (’paxi’). A pesar de la existencia de apellidos de posible origen aymara en el Ecuador (como Quishpe, ‘cosa brillante’, o Guayta, ‘adornado’), el aymara es un idioma de Bolivia y el sur del Perú, y es dudoso que haya tenido mucha influencia en el Ecuador precolombino. Pero si ‘Cotopaxi’ no es ni quichua ni aymara, ¿de dónde viene?

Es probable que el nombre Cotopaxi, así como la mayoría de nombres de cerros en el Ecuador, venga de los idiomas pre-incaicos que se hablaban antes de que los incas introdujeran el quechua. Estos fueron idiomas como el cara, el puruhá, el cañari, que ya no se hablan hoy en día, pero que son relacionados con los idiomas sobrevivientes de esta misma familia lingüística como el tsafiki y el cha’palaa. No es claro en qué momento apareció la interpretación ‘cuello de la luna’, pero parece haber sido en base de la palabra ‘kutu’ que en cha’palaa significa justamente ‘cuello’. Otra posible etimología de ‘coto’ sería ‘kujtu’, que quiere decir ‘monte empinado’. Para entender ‘paxi’, podemos notar que en cha’palaa se usa la misma palabra ‘pajta’ para decir tanto ‘sol’ como ‘luna’ (’kepe pajta’, o ‘sol de la noche’), mientas en tsafiki ‘pa’ta’ es ‘luz del sol’. Como estos términos comparten una sílaba con ‘paxi’, podríamos proponer que ‘Cotopaxi’ de hecho tendría que ver con la luz de los cuerpos celestiales en un idioma de esta familia (posiblemente el panzaleo, que se hablaba en la zona de Latacunga), sugiriendo una traducción como ‘cuello de luz’ o tal vez ‘monte de luz’. Pero es importante señalar que llegamos a estas conclusiones que no son ciencia exacta sino un proceso interpretativo donde se busca la explicación más probable.

De vez en cuando aparecen artículos que pretenden tener certeza de los significados de los cerros, ríos, o pueblos, pero pocas veces citan sus fuentes. En algunos casos demuestran métodos cuestionables como citar idiomas mayas y caribes, sin explicar por qué tendríamos nombres de estos pueblos en territorio ecuatoriano ya que vivieron a miles de kilómetros de distancia. En otros casos no consideran los datos empíricos completos, y se inventan las interpretaciones que quieren. Por ejemplo, hay una organización que se llama ‘Quitsato’ que propone que el nombre ‘Quito’ quiere decir ‘mitad del mundo’ en tsafiki. Sin embargo, esta propuesta ignora la sintaxis de tsafiki, donde las palabras espaciales como ‘mitad’ van después del sustantivo que modifican; ‘mitad del mundo’ se dice ‘tu-kitsa’ (’mundo-mitad’) no ‘ki(tsa)-to’ (’mitad-mundo’). De todas formas, el concepto de ‘mitad del mundo’ tiene raíces modernas de la misión geodésica francesa (dirigida por La Condamine, el mismo que llamó el Cotopaxi ‘masa brillante’), que fue una inspiración para el nombre de un nuevo país llamado justamente ‘Ecuador’. No tenemos evidencia de que este concepto reciente esté conectado con el nombre ‘Quito’, que probablemente significa ‘tierra plana’, interpretando ‘ki’ como un clasificador para cosas planas, en base de su significado en tsafiki y cha’palaa, e interpretando ‘to’ como ‘tierra’, una traducción más adecuada que ‘mundo’. Esta terminación ubica a Quito en una familia de ciudades que terminan en ‘to/do’, como Ambato, Pasto y Tabacundo.

Igualmente con ‘Guayaquil’, unos dicen que significa ‘nuestra casa grande’, pero no toman en cuenta que el orden en tsafiki sería ‘chila waya’, no ‘waya chila’. Una posibilidad es que ‘quil’ sea una variante de ‘ki’, y que Guayaquil sea ‘llanura de casas grandes’. Hay una familia de nombres para zonas de llanuras que terminan en ‘ki’ como Atuntaqui, Caranqui, Cochasquí, Pomasqui y Sangolquí. Con respeto a ‘Manabí’, algunos dicen que consiste de la palabra quichua para ‘no’ (’mana’) y la palabra cha’palaa para ‘rio/agua’ (’pi’), para decir ‘no hay agua’. Pero sí hay agua en Manabí, y el nombre significa en realidad ‘río de venado ‘ en tsafiki y cha’palaa. Es parte de una familia de nombres que terminan en ‘pi/vi/bi’ como Tandapi, el Chaupi y Chorlaví, que se refieren a zonas con ríos.

Así, siguiendo las pistas de palabras recurrentes como ‘to’, ‘pi’ y ‘ki’, es posible llegar metodológicamente a propuestas para sus significados, y de esta forma rescatar un poco el conocimiento perdido en el tiempo. Muchos no saben que la mayoría de estos nombres son pre-quichuas, como La Condamine, quien pensó que ‘Cotopaxi’ tenía que ser quichua (aunque no estuvo tan equivocado sobre el significado). Es necesario estudiar esta historia cultural en sus propios términos, y evitar la tendencia de imponer los significados que queremos y apropiarse de palabras indígenas para nuestras especulaciones personales.

En estos momentos que los grandes Apus están despertando, lo más recomendable para que no se pongan muy bravos es no tomar sus nombres en vano. (O)

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