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El Telégrafo
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Obra y casa de Alejo Carpentier, Patrimonio Nacional

A los dos años de su fallecimiento, el Ministerio de Cultura de Cuba  creó la Fundación Alejo Carpentier como centro de promoción literaria.
A los dos años de su fallecimiento, el Ministerio de Cultura de Cuba creó la Fundación Alejo Carpentier como centro de promoción literaria.
Imagen: Fundación Alejo Carpentier
18 de abril de 2018 - 00:00 - Redacción Cultura

Cuba declaró Patrimonio de la Nación la casa donde vivió el escritor Alejo Carpentier en el Vedado habanero, así como los bienes y objetos personales preservados en esa residencia por la viuda del novelista, Lilia Esteban de Carpentier, informó ayer la prensa oficial de la isla.

Firmada por el ministro cubano de Cultura, Abel Prieto, la declaración protege al antiguo hogar del matrimonio, una de las sedes de la Fundación Alejo Carpentier, que guarda gran parte del patrimonio del que fuera el primer latino en recibir el premio Cervantes, en 1977.

En esa casa se conservan la papelería del escritor, su biblioteca y discoteca, su máquina de escribir y varios recuerdos de viaje.

Una de las salas exhibe una muestra cronológica de la prolífica obra literaria y periodística de Carpentier, reconocido por “universalizar” la historia y los personajes latinoamericanos, y por introducir “de un modo artístico inigualable la herencia negra”, señala el diario estatal Granma en una nota.

Hijo de un arquitecto francés y una profesora rusa asentados en La Habana, Carpentier (Lausana, 1904-París, 1980) fue el creador de la corriente literaria de “lo real maravilloso” y entre sus obras destacan El reino de este mundo, que marca su madurez literaria, y su novela cumbre El siglo de las luces.

En sus inicios ejerció como periodista y más tarde fundó las revistas Tiempo Nuevo y Orígenes. Durante su estancia en Europa, Carpentier entró en contacto con la vanguardia literaria, especialmente del surrealismo, y en España se relacionó con los poetas de la Generación del 27, entre ellos Pedro Salinas, Rafael Alberti y García Lorca.

Tras su estancia europea, vivió también en Venezuela, hasta que regresó a Cuba definitivamente luego del triunfo de la Revolución Cubana en 1959.

En el nuevo Gobierno revolucionario se desempeñó como primer director de la Editora Nacional, vicepresidente del Consejo Nacional de Cultura y como consejero cultural en las embajadas cubanas de algunas capitales iberoamericanas y del este de Europa. (I) 

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