Alejandro González Iñárritu busca la luz a través de sus personajes

Alejandro González Iñárritu (México, 1963) se ubica entre los directores de grandes ventas de taquilla con una propuesta distante a los modelos de producción en serie. Sus dos últimas películas, Birdman y The Revenant, así lo confirman. Son largometrajes magistrales, con una serie de técnicas fílmicas que no sacrifican la potencia de sus historias, como la luz, la fotografía, los planos secuencia, los enfoques y la música, que están trabajados para construir sensaciones a partir de la narración.

González Iñárritu se ha ocupado, sobre todo, de trabajar en personajes trascendentales, humanos y misteriosos. En esa lógica se inserta también Biutiful, a pesar de que su estreno en 2010 no logró las mismas ventas que sus dos últimas producciones.

Estas tres películas narran problemáticas del mundo contemporáneo: la conformación de una sociedad migrante en Biutiful y The Revenant; y en Birdman, la estructura del ego en una “época en la que necesitamos la validación de otros para entender quiénes somos”, como dijo González Iñárritu. Para el director, “hilar una historia, irla construyendo no es un proceso premeditado, vas meditando y los personajes te van contando lo que deben hacer y quiénes son”.

Biutiful se estrenó en 2010 con guión de González Iñárritu junto a Nicolás Giacobone y Armando Bo. Tiene como personaje principal a Uxbal, interpretado por Javier Bardem (Las Palmas de Gran Canaria, 1969). Él es quien conduce la historia de forma circular. Vive entre migrantes asiáticos y africanos y se convierte en un negociador de su estadía y supervivencia en Barcelona. Uxbal también puede dialogar con los muertos y contar sus últimos pensamientos. Él mismo se enfrenta a la muerte. Descubre cómo pedir perdón, cuestiona la corrupción, la migración y la sociedad a la que se exponen quienes lo rodean. “Esta película es una apuesta a la contradicción de nuestra existencia, quise descubrir la belleza en la sordidez, habla de la contradicción de un personaje que se encuentra iluminándose cuando se enfrenta a la oscuridad de la muerte”, dijo el director sobre su personaje en una rueda de prensa en 2010.

En Birdman, la película con la que González Iñárritu recibió cuatro premios Óscar en su última edición, narra la historia de un hombre atormentado con la carrera artística que ha construido, con su ego. Michael Keaton (Estados Unidos, 1951), quien fue el personaje estelar de Batman, interpreta a Riggan Thompson.

Se trata de un actor cuya carrera ha sido desbordada por el superhéroe, “el actor se vuelve invisible por el personaje”, dice el actor Alejandro Fajardo y agrega que la trama parte de la pugna por “romper el juego de lo que la gente te ha vuelto”. Birdman cree tener la fórmula para reivindicarse como actor en el teatro, volver sin ser invisible.

Los personajes que acompañan a Riggan —como suelen ser los coprotagonistas de González Iñárritu— son un contraste, cada uno tiene luz distinta, de acuerdo a la tensión que manejan en situaciones particulares. “Riggan quiere salirse de este papel de Birdman, a pesar de tenerlo montado sobre el hombro todo el tiempo como una especie de conciencia. Su camino cambió el tono de la luz en los corredores del teatro de acuerdo al crecimiento o decrecimiento de la tensión. El personaje está totalmente trastornado. Cambia de luces, es un tipo realmente conflictuado porque no sabe realmente si el teatro es el sitio que le corresponde”, comenta la escritora Sandra Araya sobre este personaje.

Birdman llega después de Biutiful y podría responder a una crítica que hizo el director tras su estreno en España, cuando en una rueda de prensa ningún periodista tuvo preguntas para Hanaa Bouchaib, la actriz que interpreta a la migrante senegalesa Ana, a pesar de que es uno de los personajes que ilumina el destino de Uxbal.

En ese entonces, González Iñárritu dijo: “Es la piedra angular de la película y me parece sintomático que nadie le haya preguntado nada a alguien que ha vivido algo mucho más cercano al personaje que interpreta en la película que cualquiera de nosotros (...), esa es la tristeza de lo que estamos viviendo: si no es celebridad, no me interesa; si no es bonito y si no es Gaudí, no me interesa. Estamos condenándonos nosotros mismos a nuestras propias esclavitudes estéticas y principios bastante absurdos”, dijo González Iñárritu como advertencia de lo que rondaba en su cabeza sobre la lucha de los egos.

The Revenant está narrada a partir de una historia que llegó a los medios de comunicación en 1823. Se trata de la hazaña que vivió Hugh Glass, un trampero que fue abandonado y dado por muerto por sus compañeros. Hay una lucha por el territorio, una matanza entre los conquistadores de la tierra y las tribus indígenas del Oeste. Glass es un personaje que quiere vengar la muerte de su hijo. “Es un argumento más sencillo que el de Birdman”, dice Fajardo. González Iñárritu dice que en la sencillez de esta temática hay argumentos complejos, se trata de los conflictos humanos.

Glass, interpretado por Leonardo DiCaprio, es “un ángel, un demonio, un espíritu flotante al que sigue la cámara”, dijo González Iñárritu en entrevista con El País sobre su personaje. En este largometraje, como en otros de sus trabajos, es vital la naturaleza del intérprete en concordancia con el paisaje. Vuelve a trabajar el tema de la migración, considerando que las culturas que se entrelazan en la historia son las que ahora habitan Estados Unidos. Se encuentran franceses, canadienses, españoles y las tribus indígenas nativas. González Iñárritu se narra a sí mismo como un outsider que vive desde hace 15 años en Estados Unidos.

“Ellos no te escuchan, solo ven tu color de piel”, le dice Glass a su hijo mestizo en el filme. Él se siente igual con su piel oscura y su cabello negrísimo. En estos tres filmes los personajes se encuentran con su propia luz, la descubren. Se cuestionan como parte de su propia naturaleza, la forma en la que el director considera a la humanidad. (I)