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Aladeen es el único y real sucesor de los autócratas

Aladeen es el único y real sucesor de los autócratas
11 de septiembre de 2012 - 00:00

La comedia británica debe mucho a las tradiciones de Chaplin, Benny Hill, el colectivo Monty Python, Rowan Atkinson, Stephen Fry y Hugh Laurie y, recientemente, a Ricky Gervais, Eddie Izzard, Craig Ferguson y Simon Pegg. En  medio de todos está el oscuro genio, irónico, mordaz, sarcástico y crítico de una sociedad cada vez más banal, Sacha Baron Cohen.

Criado como comediante en el programa televisivo de sketches “Comedy Nation”(1998) para luego graduarse con su transformación en el ignorante Ali G, desde el serial “The 11 O’Clock Show” (1998-1999; de donde también surgió Ricky Gervais) hasta el filme del mismo personaje, “Ali G anda suelto” (2002).

Pero su evolución como cronista e interpelador de una sociedad decadente se perfecciona y alcanza su estado más puro en su último filme, la comedia burda y estúpida (no muy diferente a las de personajes salidos de “Saturday Night Live” o las más recientes de los hermanos Peter y Bobby Farrelly), “El Dictador”. Allí trae a la vida a su más reciente álter ego, el General Almirante Aladeen, Supremo Líder de Wadiya, que ha concedido múltiples entrevistas a diarios y canales de TV del globo.

Las apariciones más famosas de Aladeen han sido su paseo por la alfombra roja de los Oscar 2012, cargando la urna con las cenizas de su gran amigo Kim Jong-il que luego derramaría “accidentalmente” sobre el renombrado Ryan Seacrest, y su paseo por las aguas de Cannes, acompañado de la modelo Elisabetta Canalis, ex novia de George Clooney. En la película sobre su vida destacan su mano derecha y legítimo heredero al poder en la República de Wadiya, Tamir (Sir Ben Kingsley); el jefe del programa nuclear de la nación de Medio Oriente, Nadal (Jason Mantzoukas); la liberal Zoey (Anna Faris), y el doble del Supremo Líder, cuyo único trabajo es que le disparen en la cabeza, Efawadh.

Todos estos personajes se conjugan en una historia tan políticamente incorrecta y desagradable como las anteriores películas de Baron Cohen, “Borat: Cultural Learnings of America for Make Benefit Glorious Nation of Kazakhstan” (2006) y “Brüno” (2009). Tanto Ali G como Borat y Brüno son tres personas que conviven en el actor y guionista británico Baron Cohen, cuyo estilo era entrevistar a personas poco preparadas ante un inquisidor ingenuo que les hacía revelar prejuicios profundamente escondidos y retar los preceptos morales dentro de la sociedad estadounidense y del sistema judicial propio de la cultura británica.

Estos personajes compartían espacios en “Da Ali G Show” que tuvo su primera temporada en 2000 y la segunda de 2003 a 2004 en el canal de cable HBO. De ellos Aladeen tiene de sobra: la ignorancia y el gusto por lo ilegal de Ali G, el antisemitismo y el nacionalismo de Borat, y la confianza y soberbia de Brüno.

Lastimosamente, el Almirante General no termina de cuajar entre quienes están acostumbrados a un humor más condescendiente, y las risas que genera dicha comedia, conocida como “El Dictador”, son escasas y a veces forzadas ante el shock de ver las atrocidades que comete o dice, tal cual fue el caso de Borat y Brüno, en sus respectivas películas.

En esta ocasión, Sacha Baron Cohen no se reserva nada y hace leña del árbol caído que es el sistema de audiencia de las Naciones Unidas, el comercialismo e interés por depredar los recursos naturales de un país que abandona una dictadura eterna por una constitución y una democracia representativa, y, en especial, de lo que representa ese sistema político para la sociedad estadounidense que hace en secreto exactamente lo que le critica a las peores dictaduras de Medio Oriente  o los países árabes.

Nuevamente de la pluma del británico, junto con un bien aceitado equipo de guionistas mordaces, surge un personaje que no tiene límites por lo que arrasa con todo lo que lo rodea, política, cultural, social y económicamente, además como en las películas de Borat y Brüno vuelve a estar bajo la dirección de Larry Charles, uno de los principales productores de Seinfeld, genio de la más oscura y absurda comedia estadounidense.

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