Amaia Merino, española que cuenta hace veinte años con la nacionalidad ecuatoriana, es la codirectora de Asier ETA biok, documental que ganó el premio Irizar al cine vasco, el pasado sábado en el marco del Festival de Cine San Sebastián. La cineasta, en entrevista con el TELÉGRAFO, comparte sus apreciaciones en torno a la producción del filme, el galardón que le fue otorgado y la distribución de la película en Ecuador. 

¿Cómo se pudo contar a cuatro manos la amistad con una sola persona, en este caso Asier?

Cuatro manos, dos cabezas, un apellido. Aitor y yo somos hermanos, pero sobre todo, los mejores amigos. Compartimos la vida entera y tenemos una sensibilidad parecida. Encontramos un método para trabajar en el que íbamos incluyendo en el guion las preguntas que nos generaba el material filmado desde que Asier salió de la cárcel. Yo me concentré en la estructura y el montaje y Aitor escribió los textos que luego él mismo narraría.

Esta es la segunda vez que colaboramos, ya que Aitor dirigió un cortometraje "El Pan Nuestro", que produjimos y rodamos en Quito, y que estuvo nominado a los premios Goya de la academia española en 2008.

¿Cómo fue el proceso para integrar el filme a la sección Zinemira?

Seguimos el camino normal. Nos inscribimos en la convocatoria abierta de Zinemaldia (Festival de San Sebastián) y el comité de selección, que ya nos había comunicado su interés por verla, la seleccionó y decidió incluirla en la sección Zinemira. Al ser estreno mundial pudimos competir por el premio Irizar, dotado con 20.000 euros (unos 27.000 dólares) junto a otras siete películas más. Y finalmente, y para alegría de todo el equipo, lo ganamos.

Aparte del concurso por los fondos ustedes financiaron el filme a través del micromecenazgo, ¿es esta vía una alternativa para conseguir que el largometraje no se encorsete en los requerimientos de las grandes productoras?

¿Grandes productoras? ¿Dónde están? Nuestra manera de producir cine, y hablo de Ecuador, es todavía precaria. No tenemos grandes productoras en el sentido clásico de la palabra, sino productoras pequeñas pero con gran capacidad de multiplicar los panes y los peces. A base de mucho trabajo logramos financiar películas con el efectivo indispensable para ponerlas en marcha. Y la situación del cine en el Estado español es crítica. 

Por eso el micromecenazgo es una alternativa esperanzadora. Pero que nadie crea que es un camino fácil. Llegar directamente al posible pequeño inversionista requiere a su vez una inversión en comunicación, una estrategia, y no siempre se consigue el objetivo marcado.
En nuestro caso lo logramos y por ello agradecemos a nuestros mecenas de todas partes del mundo.

¿Cuándo exhibirán el filme en Ecuador?

Todo el equipo estamos entusiasmados con la idea de hacer algo especial en Ecuador. Teníamos un plan antes de esta semana, un plan conservador, teniendo en cuenta que una película documental lo tiene siempre difícil para ser exhibida en salas comerciales. 

Pero ahora con la repercusión mediática, el premio y teniendo en cuenta el camino que han abierto otros documentales ecuatorianos que se han exhibido en salas comerciales con éxito, nos planteamos tomar la posta.

El filme, ha dicho Aitor, es una historia sobre todo de amistad, pero se toca a la organización ETA ¿Esperan reacciones de dicha agrupación?

No, en absoluto.

Las historias particulares suelen contar las paradojas globales ¿es ese el caso de Asier eta biok?

Creemos que sí. Una amistad atravesada por un conflicto político y armado, en un pequeño país de un rinconcito de Europa.