Agrupación Sin Teatro muestra su pieza Timer durante 7.200 segundos
La música salió retumbando desde la puerta en una vivienda ubicada en la calle Oriente y García Moreno, en pleno casco colonial de Quito.
El pasado sábado, a las 20:00, la curiosidad llamó la atención de los moradores del sector que aunque están acostumbrados a escuchar mezclas a todo volumen como si se tratara de una nueva discoteca.
Pasaron 20 minutos y los vecinos se acercaron a ver qué ocurría dentro de la casa esquinera en donde se acodaron varios jóvenes dentro del domicilio. Unas cervezas, unos cigarrillos y varias bromas les ayudaron a entrar en confianza, para calentar la noche.
A las 20:30, algunos transeúntes decidieron ingresar. Fueron testigos de una imagen poco común: 3 ambientes: una sala, con un DJ; una habitación con una cama, una mesa de noche y el cuarto de una cocina con un baño.
Cada uno con varias personas que se mantuvieron estáticos durante 2 horas, como si fueran estatuas de cera. Ellos sostuvieron el mismo gesto para conservar la expresión que asumieron desde el inicio de su performance.
Para los vecinos no les fue difícil calcular el tiempo. Desde un rincón, una laptop proyectó hacia un costado izquierdo de la pared la imagen un reloj digital que les marcó cada instante de su interpretación que duró 120 minutos (7.200 segundos).
Las paredes también se ambientaron. Alrededor de 20 relojes de muñequera se colgaron desde el techo blanco con un hilo nailon y se instaló al menos media docena de relojes de pared.
Todo esto para llegar hasta la muestra denominada Taimer, una forma coloquial del inglés Timer, que expuso varias facetas de las personas, quienes tienen algo en común: el tiempo sigue pasando.
Taimer es la puesta en escena creada por el director quiteño Tián Sánchez, quien tiene en su haber otros performances de corte urbano. Este año, la agrupación se ha presentado en espacios abiertos del centro de Quito, en las estaciones del Trole bus, de La Mariscal, con la intención de abstraer momentos cotidianos y mostrarlos desde una perspectiva distinta.
"Es una idea de perder el tiempo, de generar una especie de resistencia", explicó el director Sánchez.
Esta vez, el concepto fue similar. Algunos de sus actores tuvieron que pasar en posturas muy incómodas y posar como si estuvieran dormidos.
A las 21:20, Germán Quesada (69 años), recorrió los ambientes para tratar de entender la propuesta. El señor caminó lentamente sin disimular su intriga. "¿Y aguantan tanto? ¿No se adormecen?" Preguntó al ver a una de las estaciones en donde reposaba una muchacha quien compartió el asiento con 2 compañeros.
Lucía Quesada, quien llegó a visitar a su padre y lo acompañó a la muestra, tampoco ocultó su curiosidad al mirar que en una cama había un bebé durmiendo, abrigado por su padre, quien formó parte del performance.
"¿Ese niño es de verdad o de mentira? ¿Es un muñeco? Está bien dormidito", comentó la mujer poco antes de dejar el establecimiento. Pasaron de las 21:40.
El reloj digital no se detuvo. Los artistas siguieron con su postura, pero a ratos se movieron para acomodarse. Así lo hizo Mariuxi Castillo, quien se ubicó en una plataforma elevada y tuvo que resistir el dolor a causa del adormecimiento de sus pies descalzos, que fueron los primeros en sentir el frío que se deslizó por el umbral de dos puertas de madera.
Fueron las 21:59 con 50 segundos. Los últimos 10 pálpitos fueron los más emocionantes.
El DJ Lujuria, quien se dedicó a combinar melodías contemporáneas y del recuerdo, bajó el volumen para dar una cuenta regresiva como si se tratara del inicio del Año Nuevo. Llegar al minuto cero solo fue para invadir a los artistas de sentidos aplausos.
"Los últimos minutos fueron los más duros porque soporté el frió y no me podía mujer, pero fue una buena experiencia porque puse a prueba mi resistencia", comentó Jenny Flores, quien permaneció tendida boca abajo, en el piso de madera.
Otros detalles de la agrupación teatral
La puesta en escena se realizó a propósito del 5º aniversario del No-Lugar, con quienes han realizado otras puestas en escena, detalló Pancho Suárez, museógrafo del No lugar-Arte Contemporáneo.
Sánchez informó que el próximo 21 de mayo se llevará a cabo una retrospectiva del trabajo de Sin Teatro, en el Arte Actual de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso), al norte de Quito.