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Ecuador, 23 de Diciembre de 2024
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El Telégrafo
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Agentes de la cadena del libro proponen alternativas para el sector en su día

Agentes de la cadena del libro proponen alternativas para el sector en su día
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La celebración del Día del Libro este 23 de abril estuvo marcada por el distanciamiento y el confinamiento que conlleva acatar las medidas dispuestas para reducir los contagios de covid-19 a nivel nacional.

Y aunque dicen que la lectura es un acto solitario, se presenta como uno de los momentos más críticos de la cadena que involucra al libro como objeto preciado.

Más allá de los diálogos y los conversatorios virtuales que se estrenaron como formato en plataformas gubernamentales e independientes, parte de esta cadena del libro pide acciones concretas para el sector.

En la circular “Directrices presupuestarias para el segundo trimestre del ejercicio fiscal 2020” se registran 50 servicios y bienes “restringidos”, entre los cuales se encuentra la “edición, impresión y reproducción de libros”, además de “libros y colecciones” y “la realización de espectáculos culturales”, “Bienes artísticos y culturales”.

El Ministerio de Cultura y Patrimonio (MCyP) aclaró que Finanzas decidirá “con base a un análisis caso por caso autorizar las excepciones que considere necesarias, siempre y cuando se encuentren alineadas al cumplimiento de la labor misional de la institución solicitante”.

A esto agregan que como cartera cuentan “con los recursos del Fondo de Fomento de las Artes, la Cultura y la Innovación que se constituye de los recursos del antiguo ‘Foncultura’ y que actualmente se alimenta de las utilidades del Banco del Estado. Parte de este fondo ayudará a financiar el Plan Integral de Contingencia para las Artes y la Cultura que se anunciará la próxima semana”.

Mientras llega el Plan, el sector ha puesto sobre la mesa algunas problemáticas. Entre estas “discutir la acefalía del Plan Nacional del Libro y la Lectura y pensar la posibilidad de creación de un Comité Nacional Del Libro, conformado por representantes de los distintos eslabones de la industria, que tengan capacidad de decidir sobre el presupuesto del PNLyL y sus funciones, dotando de tareas pendientes y posibles de desarrollar a través de teletrabajo al personal del PNLyL, como podría ser la realización de una encuesta en el sector, la identificación”.

La sugerencia aparece en un análisis del sector editorial en el país, hecho por Germán Gacio, quien es parte de la Asociación de editoriales Independientes y que ha compartido en el sector.

La creación de este Comité fue además uno de los puntos de un diálogo que mantuvo con el editor y escritor Santiago Vizcaíno a propósito de la celebración por el Día del libro.

“Esto nos ha demostrado que tenemos que repensar totalmente la cadena del libro y declarar al sector editorial “como uno de los sectores de interés nacional que presenta graves afectaciones con motivo de la emergencia económica”, dijo Vizcaíno.

El año pasado, el McyP planteó el programa Ecuador Creativo y liberó algunos impuestos para varias industrias, entre estas las del libro. Sin embargo, los costos de nacionalización y transporte para libros seguían incidiendo en un mercado pequeño para el sector como el de Ecuador.

En tanto a la producción nacional, la reducción de costos estaba por verse a lo largo del tiempo, pues uno de los costos que incrementa e imposibilita la producción de libros a nivel nacional es la ausencia de una industria de papel.

De allí que Oswaldo Almeida, director de la Cámara Ecuatoriana del Libro, sugiera que “durante la cuarentena se abran líneas de crédito emergente para que las empresas del sector puedan tener la liquidez suficiente para subsistir”, ante la incertidumbre del tiempo de paralización.

La Asociación de Editores Independientes estima por su parte “posibilitar la circulación del bien cultural libro por medio de los correos y couriers nacionales”, así como “avanzar en la elaboración de un protocolo sanitario que permita retomar al menos parcialmente la actividad editorial, gráfica y, fundamentalmente, librera, sin exponer a los trabajadores o clientes a riesgos sanitarios”.

En una entrevista con EL TELÉGRAFO, el ministro de Cultura y Patrimonio Juan Fernando Velasco dijo que esta semana se decidiría el nombre del nuevo gerente del Plan del Libro, pues la semana pasada se reactivó dicha “elección y lo definimos”.

Sin embargo, hasta ahora se ha develado un nombre. Ante esto y la experiencia de inversión que ha tenido el Plan, los editores insisten en que debe existir otras formas de aproximación al sector, como la creación del Comité Nacional del Libro.

En la Ley del libro está la figura desde 1987. En Chile existe desde el segundo gobierno de Bachelet y sirve como un know how de los distintos agentes de la cadena de valor del libro, para estar en constante interacción con el sector. Sería más interesante contar con esta herramienta que pagar fortunas en asesorías internacionales porque las metodologías que funcionan con éxito en otros países no son iguales a nivel local, eso generaría democratización”, señala Gacio.

Mientras exista una activación para el sector los autores y editores – que también integran esta cadena de valor – recomiendan comprar a pequeñas librerías independientes como Tolstoi, Rayuela, en Quito, y Casa Morada en Guayaquil, que han activado sistemas de entrega. (I)

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