El Auditorio Municipal de Zaruma es desde hoy hasta el 7 de diciembre la única sala de cine que tiene este cantón de la provincia de El Oro.

El espacio, donde tradicionalmente se realizan únicamente actos oficiales, será la sede del Primer Festival de Cine de Zaruma, organizado por la productora Ojo Gacho Films.

La productora Ojo Gacho Films también ha organizado este tipo de eventos en Piñas, a 10  minutos de Zaruma. La cineasta Diana Varas, parte de esta organización, comentó en una entrevista con este diario que estos festivales nacen de un deseo de sembrar y compartir lo que una buena película puede causar. “Esta es una plataforma para que vean cine de calidad, despertar ideas e inquietudes, se lancen al ruedo y puedan exhibir sus trabajos en pantalla grande”, comenta Varas.

Desde que se lanzó la convocatoria para la participación de cortometrajes el equipo organizador ha recorrido todos los colegios de Zaruma, aula por aula, estudiante por estudiante. La idea era hacer una invitación personalizada para que los jóvenes sean protagonistas de esta nueva propuesta, para que concursen y que no se pierdan la programación.

El festival proyectará hasta el domingo la producción del cineasta ecuatoriano Darío Aguirre, radicado en Alemania, ‘El grill de César’, ‘Los colgados de Diana Varas, ‘Réquiem NN’ del colombiano Juan Manuel Echavarría y ‘Approved for adoption’, la producción de los belgas Jung Hening y Laurent Boileau.

Además, en los días previos al festival fue posible ver a los interesados en concursar con sus propios cortometrajes grabando en las calles de Zaruma. Los trabajos audiovisuales en esta categoría se proyectarán el sábado 6 de diciembre en el parque central.

Con la experiencia que tuvo la organización en el festival de Piñas y la participación de las propuestas audiovisuales de Zaruma, Varas comenta que la oferta es variada. Hay cortos de terror, comedia, suspenso, drama y hasta han tenido propuestas de animación y stopmotion muy bien trabajadas. Según Varas, el talento está latente, solo falta una plataforma para exponerlo.

A pesar de que el Municipio de Zaruma y otros cantones se interesan en estas actividades, los organizadores consideran que ha sido difícil trabajar en el festival. “Crear conciencia de esta necesidad, de interrumpir la cotidianidad de una ciudad con un festival fuera de lo común, empieza de manera paulatina. Es ahí donde está el reto”.