38 cineastas interpelan el uso de fondos del CNCine

38 directores ecuatorianos de cine independiente enviaron una comunicación al Consejo Nacional de Cine (CNCine) a través del portal directoresguionistasecuador.wordpress.com. Los realizadores interpelan el pronunciamiento de la institución publicado en su página web el 18 de enero respecto al uso que tendrá el presupuesto asignado este 2016 con un recorte del 60% en relación al año anterior.

A través de este manifiesto quienes trabajan en el país en la realización de cine buscan redirigir el debate sobre el fomento a la creación audiovisual, que hasta el momento enfrenta una crítica a consecuencia de las bajas cifras en taquilla.

El financiamiento que recibirá este año el CNCine -cuya única fuente es el Presupuesto General del Estado- será de $ 1’500.000 frente a una inversión de $ 3’715.000 que se entregó en 2015. Sin embargo, el monto del cual dispone la institución, al restar gastos operativos, es de $ 229.500 para gestión.

La decisión del CNCine fue cesar momentáneamente la convocatoria del Fondo de Fomento Cinematográfico, que es uno de los cinco ámbitos de trabajo que establece la ley que lo rige. Con los fondos de gestión, la institución buscará “un mecanismo de estímulos automáticos para la exhibición comercial de las películas nacionales” y ampliar “la red de espacios del Sistema Nacional de Difusión y de su banco de contenidos”.

Esta decisión es uno de los tres puntos críticos que realizaron los cineastas suscritos a dicha comunicación. Su argumento parte de la idea de que “ninguno de los dos proyectos conlleva concurso público de merecimientos, lo cual, a nuestro entender, vulnera el principal valor del CNCine como institución en estos años: la entrega de ayudas basadas en la calidad de los proyectos, establecida por jurados calificados, en su mayoría extranjeros. Esos mecanismos son virtuosos porque limitan la discrecionalidad en la asignación de fondos así como potenciales prácticas clientelares que son extremadamente nocivas en el manejo de recursos públicos”, dice el comunicado.

La crítica busca prevalecer el proceso que hasta ahora mantiene el CNCine al seleccionar los proyectos que reciben asignación de fondos en las categorías de escritura de guion, preproducción, producción, posproducción. En este se ha priorizado una selección de acuerdo a su contenido, por criterios técnicos de jurados nacionales e internacionales.

“No creemos que sea malo asignar recursos a la exhibición, consideramos que habría que pensar un poco más en asignar todos los recursos a eso”, sostiene el cineasta manabita Javier Andrade.

Uno de los argumentos del CNCine para destinar sus recursos a la difusión es -según el comunicado del 18 de enero- que “el gran problema que enfrenta nuestra cinematografía es la deficiente circulación y su participación marginal en el mercado de la exhibición. A pesar del notable crecimiento de la producción, esta no ha logrado atraer la atención de los espectadores, ni ha cambiado aún sus hábitos de consumo”.

Andrade cuestiona ¿qué cinematografía del mundo, que no sea la de Estados Unidos ni la India, mide su éxito por las cifras que tiene su taquilla? Refiere que “Francia tiene una industria de 100 años de cine, pero la mentalidad del cineasta francés es generar impacto cultural, hablando de sus problemas y como consecuencia de su impacto comienza a llegar la taquilla como derivado de la industria”.

La cineasta Gabriela Calvache explicaba en una entrevista con este diario que si bien el cine de autor es uno de los principales sellos de la cinematografía local no es por un capricho al considerar que “el cine comercial tiene espacios tan construidos y delimitados que tu posibilidad de existir con éxito en esos espacios es menor. Todos los que no somos Hollywood estamos en una situación distinta. Tienes la opción de hacer cine comercial, pero va a ser muy complicada la distribución”.

Para Calvache, el cine de autor es un espacio en el que los cineastas pueden sobrevivir y prueba de ello es que las producciones locales están en constante exhibición en el exterior y tienen un reconocimiento a su trabajo por la calidad. Alfredo León, director de Mono con Gallinas, por ejemplo, acaba de recibir un premio en India por su trabajo en una de las mecas del cine comercial.

El cineasta Manolo Sarmiento considera que el debate debe ser “¿cómo creamos un sector cinematográfico y audiovisual independiente potente, innovador, que aporte a la cultura y a la economía del país?, ¿cómo creamos un sector que dentro de cinco o diez años sea capaz de producir veinte largometrajes al año y 500 horas de producción independiente de televisión, en series, documentales, telefilmes, filmes y series de animación, etcétera?”.

Sarmiento considera que para hacerlo se necesita mucho dinero, que debe salir “en parte del Estado, como una de sus políticas de estímulos a las nuevas industrias, (y no $ 1’000.000 o $ 2’000.000, sino diez o veinte) pero de otra parte del mismo sector audiovisual que mueve más de $ 500 millones al año (cine, televisión, televisión por cable). Si no logramos que el sector del audiovisual de la economía real, que mueve esa enorme cantidad de recursos, financie como parte del mismo movimiento económico interno, este volumen de producción ecuatoriana independiente, nunca vamos a cambiar este sector y estamos condenados a ser consumidores de miles y miles de horas de contenidos extranjeros”. (I)