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100 años del mundo inacabable de Adolfo Bioy Casares

100 años del mundo inacabable de Adolfo Bioy Casares
15 de septiembre de 2014 - 09:38

 

Al borde de cosas que no comprendemos del todo, inventamos relatos fantásticos, para aventurar hipótesis o para compartir con otros los vértigos de nuestra perplejidad.

Adolfo Bioy Casares


Adolfo Bioy Casares construyó un rompecabezas con su literatura. Los temas en los que se sitúan sus personajes son recurrentes y paradójicos con universos distintos e inacabables, algunos de ellos bastante urbanos. Hay un lenguaje que magnifica cada historia en la que replantea sus finales, entretejidos en un mismo círculo, como pasa con Gauna en El Sueño de los Héroes o con Morel en su Invención. En marzo se cumplieron 15 años de la muerte del argentino Adolfo Bioy Casares y hoy 100 de su nacimiento.

La difusión de su obra ha estado íntimamente ligada a su amistad de vida con Jorge Luis Borges, a quien conoció a los 18 años a través de quien sería su esposa y compañera, Silvina Ocampo.

Si bien el poeta de los laberintos y Bioy Casares mantuvieron una amistad que se afianzó en la escritura de varias novelas policiales, la obra de Bioy Casares tiene su propio mérito y los reconocimientos merecidos, que le llegaron de a poco, como el Premio Cervantes que recibió incredulamente y entre perturbadores aplausos 9 años antes de su muerte.

Sin duda, uno de los más gratificantes habrá sido el reconocimiento de su admirado amigo Borges, al describir su literatura como perfecta. “He discutido con Adolfo Bioy Casares los pormenores de su trama, la he releído; no me parece una imprecisión, ni una hipérbole calificarla de perfecta”, escribía Borges en 1940 en el prólogo de La Invención de Morel, un relato con el que Bioy Casares empezó su recorrido por lo fantástico.

De todos los novelistas argentinos, Bioy es el que tiene la obra más vasta y perdurable, dice Osvaldo Soriano en una de sus columnas en Página 12. Pero era un argentino como pocos, y admiraba más a otros que a sí mismo.

“Aún a los narradores de relatos fantásticos les llega la hora de entender que la primera obligación del escritor consiste en conmemorar [...] más que nada, a las pocas personas que el destino mezcló [...] a su vida o siquiera a sus recuerdos”, escribía el autor en El héroe de las mujeres.

La historia de Bioy Casares es la de un hombre y sus invenciones. “Borges, tiene su preocupación centrada en la repetición infinita; ella (Silvina Ocampo), los diarios proféticos; yo, la evasión a unos pocos días de felicidad, que eternamente se repiten”, sentenciaba Aldolfo Bioy Casares en los diarios que escribía sus conversaciones con Borges.

Pasó sus últimos días en terapias intensivas, por complicaciones respiratorias. Pero la obra de Bioy Casares se repite en las historias escritas en el marco de lo fantástico, en sus entrañables imágenes.

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