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Ecuador, 30 de Diciembre de 2024
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El Telégrafo
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Migración europea se evoca en muestra

En la muestra se exhibe esta fotografía del archivo de Rolf Blomberg, en la que aparecen los artistas Olga Fisch y Oswaldo Guayasamín, quienes pintan a una persona tsáchila.
En la muestra se exhibe esta fotografía del archivo de Rolf Blomberg, en la que aparecen los artistas Olga Fisch y Oswaldo Guayasamín, quienes pintan a una persona tsáchila.
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Entre 1930 y 1960, Ecuador se convirtió en un punto de arribo mundial para quienes escapaban del horror de la guerra y también para quienes querían conocer territorios inhóspitos o invertir su capital en la industria local.

En ese entonces se activó  un gran flujo migratorio europeo que respondía a varios contextos: llegaron judíos que escapaban del régimen nazi y científicos que vinieron invitados por el Gobierno; otros querían  participar de la economía nacional y hubo curiosos motivados por su espíritu de aventura.

Ecuador tenía todo un proyecto de modernización en ese momento y fue el único país en Latinoamérica que recibía sin mucha condición en los años 30 a los judíos, quienes venían a ponerse una industria o a trabajar en agricultura, en tierras que no eran habitadas en el Oriente o en las Galápagos”, comenta Paulina León, curadora de Solo a través del otro puedo saber quién soy, una muestra que revela -desde un plano etnográfico, íntimo, científico y hasta artístico- la mirada de los inmigrantes europeos que llegaron al país en ese período.

La artista, docente e investigadora, Paulina León, es la curadora de esta muestra que se nutrió de diversos archivos personales e institucionales. Fotos: Miguel Jiménez / EL TELÉGRAFO

León agrega que muchos judíos “eran profesores, filósofos, médicos, pero no agricultores. Aun así tuvieron que aceptar las condiciones que se les ponía. Y hay que considerar que parte  de la modernización era el blanqueamiento, por eso los recibían sin mucha restricción”.

La muestra se exhibirá en el Museo de la Ciudad hasta el próximo 12 de agosto y expone las fotografías de Rolf Blomberg (1912, Suecia), Karl Goldschmid (1896, Suiza), Gottfried Hirtz (1908, Francia/Alemania), Isidor Kaplan (1898, Letonia), Hans y Gi Neustätter (1911, Alemania), Erwin Patzelt (1924, Alemania) y Arthur Weilbauer (1897, Alemania).

Miradas que exponen al otro
Hans y Gi Neustätter  fue una pareja judía que nació en Múnich. En 1935 viajaron a París  escapando del régimen nazi y luego llegaron a Ecuador, donde cada uno se dedicó a diferentes actividades: Gi instaló el reconocido almacén de ropa y sombreros llamado Para Ti, y Hans se dedicó a la industria metalúrgica.

Ursula Hirtz, hija del fotógrafo Gottfried Hirtz (1908, Francia/Alemania), observa la cámara, el estuche y los materiales que usaba su padre.

En la muestra se exhiben fotografías a manera de historias gráficas de sus viajes por el país, que incluso tienen un aliento cinematográfico. “Ellos son quienes hacen tres donaciones importantes a la ciudad: la Casa de la Música, orquideario del Jardín Botánico y un ancianato”, anuncia Paulina y agrega que este trabajo fue una iniciativa original de Alberto Dorfzaun, un dirigente de la comunidad judía de Ecuador y director honorífico de la Casa de la Música, donde está el archivo de los Neustätter.

Karl Goldschmid –geólogo y fotógrafo– fue contratado por el Gobierno ecuatoriano para explorar la selva en búsqueda de petróleo. Aquí realizó expediciones en los Andes y la Amazonía.

Además de mantener un diario de viaje, también documentó sus expediciones con las primeras fotografías a color tomadas en Ecuador. Una de esas imágenes se puede mirar en la muestra junto con otras dos de su ascenso al Reventador.

Arthur Weilbauer fue un abogado de procedencia judía que  a causa del régimen nazi vino a Ecuador en 1938. Se lo recuerda por ser el cofundador de la Asociación Humboldt y del Colegio Alemán en Quito, y por haber publicado en 1979 la primera guía para excursiones en automóvil a través de Ecuador. Sus fotografías -que han estado conservadas en un álbum de pasta de cuero con cartulinas negras como páginas- dan cuenta de esos recorridos.

Gottfried Hirtz estudió fotografía en la Escuela de Bellas Artes de Berlín y trabajó como fotógrafo de prensa. Él vino al país junto con su hermano en 1934 en busca de aventuras y se instaló en Puyo. Paulina León recuerda que como colonos, el Gobierno les asignó a cada uno una extensión de 50 hectáreas para la siembra. En la exposición se revelan imágenes de su trabajo como fotógrafo en la compañía de aviación Sedta, por lo que se aprecian  tomas aéreas de los Andes.

Del  recordado biólogo Erwin Patzelt, quien es el único autor vivo de la muestra y que captó miles de fotografías y documentos fílmicos sobre la naturaleza ecuatoriana, se exhibe parte de sus trabajos etnográficos en la Amazonía, sobre todo su interés sobre la maternidad.

Isidor Kaplan fue médico, el primer radiólogo en el país, dibujante al carboncillo, pintor a tinta y luego fotógrafo. Sus imágenes están cargadas de una melancolía tan andina que son el retrato más fiel de la sierra ecuatoriana. El tono de sus fotografías, incluso, llega a ser surrealista. 

Rolf Blomberg -explorador, naturalista, escritor, fotógrafo y cineasta- produjo 20 libros, 38 documentales y aproximadamente 35.000 fotografías. De él se exhiben las memorias del viaje que hizo hacia la ceja de montaña occidental en el territorio de los Tsáchilas, en 1948, junto con  Oswaldo Guayasamín, Olga Fish, Minnie Bodenhorst, Blomberg y las hermanas Robinson, Lilian y Emma. (I)

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