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El Telégrafo
Antonio Quezada Pavón

La pobreza en la población rural

07 de abril de 2016

La pobreza en Ecuador es a menudo percibida como un fenómeno urbano, puesto que el 60% de la población está en las ciudades y sus grandes arrabales e invasiones son muy visibles; pero la pobreza afecta a una proporción mucho mayor de la población rural en el país.

La gente pobre del campo migra a las áreas metropolitanas de Quito y Guayaquil. Los más pobres entre los pobres en el país son los campesinos indígenas de las remotas comunas del altiplano ecuatoriano. El severo entorno andino es el hogar de cerca del 35% de la población pobre de Ecuador y tres de cada cuatro personas de las zonas rurales de los Andes están por debajo de la línea de pobreza.

La pobreza rural está principalmente asociada a la desigual distribución de la tierra productiva, el inadecuado acceso a la información y a los activos productivos a los pequeños agricultores y la falta de empleo sustituto.

En las áreas rurales los pobres también enfrentan las consecuencias del aislamiento geográfico y, en parte, la limitada inversión en educación y en servicios de salud y vivienda. Y a pesar de que se ha hecho mucho para aliviar esta situación en este gobierno de la Revolución Ciudadana, la larga historia de gobiernos neoliberales que adoptaron políticas públicas orientadas al mercado provocó una tendencia a disminuir la inversión en las zonas rurales, contribuyendo a un aumento de la pobreza en esos sectores que todavía no puede ser superado.

Las mujeres que viven en esas comunas rurales son las más pobres. Sufren las consecuencias de conflictos internos, discriminación, migración de los hombres de su comunidad, tanto dentro como fuera del país y, sobre todo, de los ajustes estructurales. Es necesario enlazar e investigar la poca generación de empleo rural y la pobreza debido a la poca preocupación que le han dado a este tema tanto la academia como los políticos.

Parece que está por terminar la época petrolera que arrancó en 1972, que tuvo su apogeo en la última década y que ahora enfrenta serios problemas. Toda esta inmensa cantidad de dinero no ha sido suficiente para eliminar el azote de la pobreza: 21% de nuestros conciudadanos es pobre y otro 12% es vulnerable. Un millón de habitantes del país no puede alcanzar apropiados estándares de vida y casi todos son de las áreas rurales.

Sin embargo, la tasa de desnutrición es relativamente baja y el cuidado de salud provisto por el Estado ha disminuido la tasa de mortalidad infantil. La pregunta es: ¿Será prioridad del Gobierno sacar a la población rural de la pobreza? El próximo año tendremos un nuevo gobierno para el cual debería ser política de Estado continuar combatiendo con todo lo que se tenga a mano (que no será mucho) a la pobreza rural.

Va a ser materia de un nuevo artículo el analizar la pobreza en las zonas rurales de la costa y la Amazonía. (O)

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